mansedumbre evangélica que aconsejaba el Divino Predicador de Gethsemaní.
Cierto es que el Senador católico representa las tendencias de un psrtido en pié de guerra, y que ese único campeón de su credo tiene que hacer en el Senado un esfuerzo equivalente al de los dos leaders de la Iglesia en la Cámara de Diputados.
Y prescindiendo de sus exaltaciones, el Dr. Pizarro sabe embellecer con retórica digna de Goyena, argumentaciones que sostienen la comparación con las del Dr. Gerónimo Cortés.
Pertenece á la compañía de cazadores de la Cámara.
Jóven de bellas prendas personales, de clarísimo criterio y de dicción correcta, «se ha tapiado» como la mayor parte de los colegas de su generación.
Carballido ha salido una que otra vez de su voluntario silencio; Gil ha salpicado tal ó cual discusión; Colombres ha esbozado un par de informes; Pino, Gomez y Viso, han sido héroes de atenuaciones electorales sin brillo y sin gloria...
No me ocupo de Centeno y Escalante, porque estos agotarán todas las formas de la voluptuosidad parlamentaria, á fin de saciar sus