prócer y esbelta, y proporción delgada las manos muy redondas y gruesas, será un defecto notable contra el arte; é igualmente lo será si sucediese al contrario.
(I) No se sabe qué géneros de blanco son los que aquí menciona Alberti, pues ahora solo se gasta el albayalde para la pintura al óleo, y la cal para el fresco.
(K) Estos ornatos son los marcos de talla ó bronce, que regularmente se ponen á las pinturas, para su mayor decencia.
(L) En este lugar habla Alberti con los que aun no estan muy firmes en el dibujo y manejo del clarooscuro, segun los efectos naturales de la luz, en cuyo estudio insiste el autor que se ejerciten los jóvenes para que adquieran costumbre y hábito de lo bueno; después de lo cual es indispensable que copien y estudien en las obras de los Maestros acreditados, y demás Pintores eminentes para instruirse en la belleza y distribución de las tintas, y en el artificio de la composición, como dice Leonardo de Vinci en el § I de su Tratado.
(M) Es claro que habla aqui Alberti de los Pintores de su tiempo, sin que pueda tener lugar esta proposición en nuestros dias, en que vemos felizmente competir en los primores del arte con aplauso universal á los Pintores y Escultores, siendo iguales al mismo tiempo los adelantamientos de la Arquitectura en sus profesores.
(N) Parece que aqui da á entender Alberti que su voluntad es, no de que retraten y copien la fisonomía de su