[ fol. xxxvj. ]

Capitulo veynte y seys :
delas nasciones y lenguas.

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Ambien quiero contar sus nasciones y lenguas que desde la ysla de Malhado hasta los ultimos ay. En la ysla de Malhado ay dos lenguas : los unos llaman de Caoques, y a los otros llaman de Han. En la tierra firme enfrente de la ysla ay otros que se llaman de Chorruco, y toman el nombre de los montes donde viven. Adelante en la costa de la mar habitan otros que se llaman Doguenes.[1] Y enfrente dellos otros que tienen por nombre los de Mendica. Mas adelante en la costa estan los Quevenes. Y enfrente dellos dentro en la tierra firme los Mariames, y yendo por la costa adelante estan otros que se llaman Guaycones. Y enfrente destos dentro en la tierra firme, los Yguazes. Cabo destos estan otros que se llaman Atayos. Y detras destos otros Acubadaos : y destos ay muchos por esta vereda adelante. En la costa viven otros llamados Quitoles. Y en frente destos dentro en la tierra firme los Avavares. Con estos se juntan los Maliacones, y otros Cutalchiches, y otros que se llaman Susolas, y otros que se llaman Comos, y adelante en la costa estan los Camoles, y en la misma costa adelante otros a quien nosotros llamamos los de los higos.

Todas estas gentes tienen habitaciones y pueblos y lenguas diversas. Entre estos ay una lengua en que llaman a los hombres, por mira aca, arre aca, a los perros xo :

en toda la tierra se emborrachan con un humo y dan quanto tienen por el. Beven tambien otra cosa que sacan de las hojas de los arboles como de encina y tuestanla en unos botes al fuego, y despues que la tienen tostada hinchen el bote de agua y assi lo tienen sobre el fuego, y quando ha hervido dos vezes echanlo en una vasija, y estan enfriandola con media calabaça : y quando esta con mucha espuma beven la tan caliente quanto pueden sufrir : y desde que la sacan del bote hasta que la beven estan dando bozes diziendo que quien quiere bever. Y quando las mugeres oyen estas bozes luego se paran sin osarse mudar, y aun que esten mucho cargadas no osan hazer otra cosa. Y si a caso alguna dellas se mueve la deshonrran y la dan de palos, y con muy gran enojo derraman el agua que tienen para bever : y la que han bevido la tornan a lançar, lo qual ellos hazen muy ligeramente y sin pena alguna. La razon de la costumbre dan ellos y dizen. Que si quando ellos quieren bever aquella agua las mugeres se mueven de donde les toma la voz, que en aquella agua se les mete en el cuerpo una cosa mala, y que dende a poco les haze morir. Y todo el tiempo que el agua esta coziendo ha de estar el bote atapado. Y si acaso esta desatapado y alguna muger passa lo derraman y no beven mas de aquella agua, es amarilla : y estan beviendola tres dias sin comer : y cada dia beve cada uno arroba y media della.

Y quando las mugeres estan con su costumbre no buscan de comer mas de para si solas, porque ninguna otra persona come de lo que ellas traen.

En el tiempo que assi estava entre estos vi una diablura, y es que vi un hombre casado con otro, y estos son unos hombres amarionados impotentes : y andan tapados como mugeres y hazen officio de mugeres, y tiran arco y llevan muy gran carga : y entre estos vimos muchos dellos assi amarionados como digo, y son mas membrudos que los otros hombres y mas altos : sufren muy grandes cargas.

  1. Comparar con "Deaguanes" (cap.16), y "de Aguenes" (cap.24)