Escena VI

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CABO.- (Volviendo.) Ahí está la madre de ése y otra mujer.

COMISARIO.- Que pasen.

CIRIACA.- ¡Ah! ¡Señor Comisario!

COMISARIO.- No me hagas escenas. ¿Qué querés?

CIRIACA.- Vengo a ver a mi hijo. Si se puede. Yo soy una madre.

COMISARIO.- ¡Sí, ya lo sé! ¿Qué querés?

CIRIACA.- Yo quiero verlo. Podría ser una ayuda para la misma autoridad.

COMISARIO.- Bueno. El Moneda está reventado, pero podría mejorar su causa si confesara de plano. ¡Se ha empacado!

CIRIACA.- ¡Ah! Bueno. Yo no vengo a nada malo, pueden registrarme si quieren. Pero si yo hablara con él, tal vez, tal vez... Es en el interés de m'hijo... El muchacho es un bandido, una mala cabeza, pero con esta lección tal vez aprenda...

COMISARIO.- Lo voy a llamar. (Timbre. El cabo.) Que traigan a Moneda. Siéntense. (A Carmen.) ¿Usted también quiere hablarlo? ¡Hum!... ¡Ya sabemos por acá!... Le gustan los papanatas a usted, ¿eh? Bueno. Para que vea. Tampoco le privo que hable con él con tal de que me lo aconseje bien. ¡Allí está el hombre!