Los doce trabajos:6



El terçero trabajo passó Ércules desechando e apartando las arpías de la mesa del rey Phineo, encogiendo aquéllas en las islas Trofeas, allí do las falló Eneas, segúnd Vergilio en el terçero libro de las Eneidas cuenta. E aquesto, de muchos doctores cogido e istoriales, contesçió así como se sigue.


Fue un rey en Greçia nombrado Phineo e ovo dos mugeres; de la primera tenía fijos e de la segunda non. Aquella segunda, como madrastra, aborresçía los fijos de la primera e buscava muchos achaques por los poner en culpa e fazer caer en yerro, tanto que un día les dixo a cada uno d'ellos apartadamente que durmiesse con ella. E cada uno d'ellos, fiel a su padre, negó de lo fazer e, demás, contáronlo al dicho su padre. E aquesto negó muy desvergonçadamente la madrastra, encargando a los alnados que ellos quisieran cometer aquel yerro, quexándose al marido e afrontándolo de castigo. E Fineo, vençido e más verdaderamente engañado por las palabras compuestas de la muger, conçibió ira contra los proprios fijos non culpables, çegándolos de la corporal vista.


En vengança de aqueste tal fecho fueron los dioses muy irados contra Fineo, penándolo de tanta culpa por esa mesma guisa, e priváronlo de la vista, segúnd él a sus fijos privado avía, que eran inoçentes. E añadieron más a la pena, que las aves infernales, que son dichas arpías, asechasen todavía la mesa del rey Fineo ya dicho, ensuziando aquélla en la ora del su comer con sus inmundiçias e arrebatando las viandas de la real mesa. E con esta quexa e angostura lo fazían bevir en tristeza de vida e más verdaderamente muerte alongada.


La figura de aquestas arpías, segúnd los poetas, es tal: que an la faz virginal, es a saber de fermosa donzella e son aladas en el cuerpo e cubiertas de pluma e tienen los pies armados de agudas uñas, la boca amarilla por fambre. E por mucho que coman, jamás non se fartan.


Sabiendo el virtuoso Ércules qu'el estado de tan alto rey era dinigrado o escuresçido, siquiere amenguado e la su vida nubilada e en cuidado detenida, fue a aquellas partes. E saeteando las dichas arpías con el su poderoso arco, lançólas de la casa o palaçio e del regno de Phineo. Las cuales, non seguras en algunt logar por la erculina temor, se reçeptaron o ençerraron en las islas dichas Trofeas. E los dioses, acatando aqueste acto, movidos de piedat, restituyeron o fizieron cobrar el benefiçio del veer el rey Fineo e a los sus fijos eso mesmo. E así fue librado de tanta pressura el rey Fineo por Ércules, a cuya memoria e alabança fue en las istorias este canonizado, si quiere aprovado en buen enxemplo, trabajo digno de grand recordaçión e loor.


Aquesta ficçión en parte es parabólica e en parte fabulosa, significando por Fineo el estado del omne virtuoso, que deve seer rey de las sus passiones, rigiéndolas con mano de fortaleza e constançia moral. Aqueste tal conviene seer junto en matrimonio con la derecha entinçión e sana. Ésta es la primera muger, de la cual engendra fijos de buenos exemplos e obras loables. E después cae en vigamia, tomando otra muger que es la cobdiçia, mudando el estado virtuoso en viçios. Esta cobdiçia es madrastra de las buenas obras, que son fijos de la primera muger, la cual quiere estos fijos juntar consigo non devidamente, es a saber tirar al su fin los afectos de aquéllos. E porque non la quieren seguir nin complazer a su vana voluntad, acúsales con Fineo, ya fecho viçioso e su marido. Por esta razón se ensaña Fineo e saca los ojos a sus proprios fijos, es a saber priva las sus obras de exemplo por complazer e seguir la avariçia.


Fasta aquí es parabólico o metafórico el razonamiento; de aquí adelante es fabuloso, diziendo que los dioses privaron la vista a Fineo. E esto se entiende que las verdades de la razón se escondieron e apartaron del su entender, alongándose del su cognosçimiento ya çegado por viçios. E dieron a la su mesa por acresçentamiento de pena la quexaçión de las arpías, que se entienden o toman por la rapaçidat o tomar avariento, faziéndolo bien paresçer tan mal fecho. E dizen que estas arpías, que son las tomas e retenimientos injustos, son aves infernales, aves porque buelan faziendo aína su obra, e infernales por la grant maliçia que en ellas ha. E son propriamente maneras de infierno e vías que lievan a omne a él. Han la faz humana, a demostrar que todavía coloran con alguna paresçiente razón los non devidos tomar e retener, asignando causa que paresçe razonable e non lo es. Tienen alas, mostrando que sin acuerdo muy prestamente a la rapaçidat o tomar de mal justo se da el omne viçioso. E tienen plumas en su cuerpo, a mostrar que con intricadas razones, engaños e encubiertas asconden e ençelan lo mal ganado. Tienen las manos articuladas e guarnidas de agudas uñas, a demostrar que retienen lo ageno sin voluntad de restituir o tornarlo con uñas enduresçidas de obstinaçión. Tienen la boca amarilla fambrienta e jamás non se fartan, a demostrar que los cobdiçiosos siempre son nuevos e rezientes en el tomar e tirar a sí e encubrir e guardar de cuantas partes puedan e jamás el su deseo en alguna manera non es farto. Ensuzian e envilesçen la mesa real; e esto significa el estado de virtuoso, que es o devría seer así como rey rigendo e señoreando sus passiones. E cuando pierde el juizio e vista en la razón, las arpías dichas le envilesçen la su mesa, quitándole el cresçimiento o fruto que deviera o pudiera aver del ábito virtuoso, e tolléndole la buena nombradía, que son así como viandas preçiosas. Contra estas arpías viene el omne sabio virtuoso e constante, seguro e de buena fabla, entendido por Ércules, con el arco de la su doctrina e con las saetas de la reprehensión, refrenando la rapaçidat de los viçiosamente cobdiçiosos, confinándolas a las islas de potençia, significadas por las Estrofádes o Trofeas, onde las falló Eneas, que se entiende por el investigador o buscador, a fin de desechar e reprehender aquéllos.


Esto dicho es alegóricamente entendiendo la historia ya puesta, empero la verdat de aquélla fue d'esta guisa. Fineo fue un rey en Greçia que ovo dos mugeres; de la primera ovo fijos, a los cuales encomendó grand parte de la administraçión de sus bienes e riquezas. E muerta la primera, tomó otra. E por cuanto era ya llegado a la vejez, más aína e con menos detenimiento se dio a las avariçia e cobdiçia. E a esto leinclinava e bolvía aquella muger segunda, que era muy cobdiçiosa. Veyendo que los fijos contra consejo e voluntad de la madrastra usavan de franqueza e fazían despender a su padre magníficamente, segúnt al su real estado convenía, e por esto, a consejo e induzimiento de la dicha madrastra, el rey Fineo quitó la administraçión de los bienes a los dichos sus fijos. E por esto dize que los çegó, quitándoles el uso de las riquezas, ca la vista del estado temporal son los bienes e riquezas. Estonçes los dioses, que son las virtudes mayores dichas eroicas, non concordaron con el rey Fineo e quitáronle la vergüença o refrenamiento, que es la vista del que dubda la mala fama o es virtuoso. Estonçes desenfrenadamente la rapaçidat empobreçe el su estado, non dexándolo bevir en manera real, sinon mendiga por adelantar a thesaurizar o allegar thesoros. E así era ensuziada la su mesa, quitándole delante las viandas que de buena razón e segúnd su estado le devían seer traídas e delante puestas.


Oyendo esto Ércules, que tan grant rey como Fineo, en vituperio e mengua de toda la Greçia e aun de los reyes, de cuyo número era, biviese tan escassa e encogidamente, fue allá e reprehendió al dicho rey con grande e seguro osar, saetando con las sus pungitivas palabras la cobdiçia de Fineo, fasta que le fizo dexar todas las maneras de rapaçidat e avarientas e le reduxo a bevir en aquella abundançia que al estado se conviene real. E por el cognosçimiento que ovo de sus faltas es dicho que cobró la vista. E cobráronla eso mesmo los fijos temporalmente, porque les tornó la administraçión que primero tenién. E dexó así las obras cobdiçiosas e avarientas al uso de los omnes apartados de bien, non cognosçidos e de vil condiçión, que son así como islas desiertas en la mar de aqueste mundo, onde non nasçen fructos de buenas obras nin mora la compaña de las virtudes. Allí las falló Eneas, ca, partido de Troya e viniendo en Italia, escodriñó e fizo búsqueda de las e en las condiçiones de los omnes por muchas tierras, fasta entender la más baxa condiçión, aviendo cognosçimiento cómo se davan a la miserable rapaçidat. E esto fue escripto de aqueste trabajo en las reales e duraderas istorias a loor de Ércules e exemplo de los otros que querrán en esto parar mientes.


Es aqueste trabajo muy propio castigo para reglar la vida de cualsequiera de los dichos estados, mayormente al estado de cavallero, que fue fallado por mantener nobleza, conservar e multiplicar virtuosas costumbres e desechar viçios, mayormente aquél que es raíz de todos los males, es a saber la cobdiçia e avariçia, por la cual muchos reyes e señores amenguan sus estados e tratan mal sus súbditos e vasallos, e aun sacan los ojos a sus proprios fijos, negándoles las honras a ellos devidas e las administraciones que meresçen. E, a la fin, por esto son çegados, cayendo en errores e dubdas; e son guerreados por enemigos, que, así como arpías, roban e gastan las regiones, ocupando lo que suyo non es.


En tal caso como éste conviene e paresçe bien al valiente e magnánimo cavallero consejar a su prínçipe que use de franqueza e non maltracte sus súbditos e vasallos o servidores, que deve tener en cuenta de fijos, nin los çiegue por pechos o demandas desaguisadas, siquiera non ministrando lo que ha nesçesario e él fuere tenudo. E non deve dubdar el coraçón cavalleril con la humildat que deve todavía reprehender al rey o a otro señor a quien sirva en tan razonable caso con aquellas palabras reverençiales que se convernán al grado del señorío. E esto por zelo de virtud e del bien común, siquiera conservaçión de buenas costumbres, membrándose de Ércules, que non dubdó reprehender al rey Fineo, a él estraño e apartado, a quien non era tanto tenido. Cognosca el cavallero que lisonja e complazimiento de viçios, dissimulaçión de aquéllos o temor de bien consejar es cosa muy contraria al su estado.


Aun de otra guisa se puede este exemplo aprovechar, que se disponga, si menester será, en el ofiçio de las armas por defendimiento de la fe cathólica, de su prínçipe e de su tierra, de su lealtad e de la cosa pública, e aun de la justiçia particular e manifiesta; non dubde poner su persona en peligros fasta la muerte inclusivamente, contrallando a los depredadores o robadores, que, así como las arpías, ensuzian e desordenan la mesa del estado común; lançe las tales e aparte en islas non abitables, es a saber acabadamente tuelga e tire tal embargo e amate la recordaçión de los malos fechos, ca los cavalleros son braços del cuerpo místico e çevil, dotados, siquiera ordenados a defendimiento, guarda e reposo de los otros miembros. Considere el cavallero que, pues los mayores de sí deve reprehender de viçios, él deve seer del todo apartado de aquéllos. E si a los enemigos vesibles ha de contradezir, non le conviene a los invisibles subjudgarse. E pues quiere gozar de la honra e previlegio de cavallero, sepa levar las cargas a que es obligado; sea exemplo, así como Hércules, en su estado e persevere en creçimiento de bien en mejor, segúnd se requiere a la virtuosa e cavalleril vida. E así faziendo, los subçesores avrán d'esto fazaña e serán movidos a loar e seguirles, sabiendo de sus victorias.


E si bien queredes buscar las costumbres pertenesçientes al estado de cavallero, todas las podredes fallar por semejanças e correspondençias en los misterios de aqueste trabajo. Egualmente, faze e se conviene al estado de religioso, que deve toda cobdiçia arredrar de sí e mortificarla en los otros por sancta doctrina, predicaçión e verdadero exemplo. Esto podredes e mejor de mí creo sabrés artefiçiosamente exemplar por la introduçión dada ruda e sumariamente en este capítulo.