Los bandidos de Río Frío - Tomo I/Prólogo
De los recuerdos de esta triste historia y de diversos datos incompletos, se ha formado el fondo de esta novela, pero ha debido aprovecharse la oportunidad para dar una especie de paseo por en medio de una sociedad que ha desaparecido en parte, haciendo de ella, si no pinturas acabadas, al menos bocetos de cuadros sociales que parecerán hoy tal vez raros y extraños, pues que las costumbres en todas las clases se han modificado de tal manera, que puede decirse sin exageración que desde la mitad de este siglo á lo que va corrido de él, México, hasta en sus edificios es otra cosa distinta de lo que era en 1810. Este ensayo de novela naturalista, que no pasara de los limites de la decencia, de la moral y de las conveniencias sociales, y que sin temor podrá ser leída aun por las personas más medidas y timoratas, dará á conocer cómo, sin apercibirse de ello, dominan años y años á una sociedad costumbres y practicas nocivas, y con cuánto trabajo se va saliendo de esa especie de barbarie que todos toleran, y á la que se acostumbran los mismos individuos á quienes daña. La civilización, de que todavía esta por desgracia muy distante el mundo todo, es una especie de luz difícil de penetrar y de alumbrar bien los ojos que parecen tapados, por siglos enteros, con una venda negra y espesa. No es este un discurso sobre los progresos de la civilización en Europa y América, que si tal fuese, podrían marcarse los puntos negros que todavía manchan á las naciones que se tienen hoy por mas cultas y adelantadas. Es sólo una especie de salvedad ó advertencia al lector, para que no encuentre demasiado duras y amargas, algunas de las observaciones y críticas que encontrara en el curso del libro, procurándolas mezclar con lo ameno, ligero y novelesco, para no fastidiar al lector, al que dedicamos estas cuatro lineas y al que tenemos positivo empeño en agradar.
Madrid, Agosto de 1888.