Leyenda de Al-hamar: Epílogo

Epílogo a la Leyenda de Al-hamar (en Granada. Poema oriental)
de José Zorrilla

Epílogo

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¡Gloria á Dios! — De Al-hamar el Granadino
Así la historia celestial concluye;
Llámala el Musulman cuento divino,
Y en libros su relato distribuye.
Su sacra inspiracion del cielo vino
Y al cielo desde aquí se restituye;
Tradicion oriental, es la portada
Del oriental poema de Granada.

Cual dos cisnes que, al par atravesando
El mar azul con encontrado vuelo,
Isla apartada en su estension hallando
En ella toman anhelado suelo,
Reposan juntos, y á partir tornando
Tornan la anchura á dividir del cielo,
Y de su voz un punto los sonidos
Se elevan en el aire confundidos:

Como dos peregrinos que una tienda
Dividen del desierto en la desnuda
Soledad, de Al-hamar en la leyenda
Dos poetas ocúltanse sin duda.
Uno á Aláh en sus cantares se encomienda,
Otro al Dios de la Cruz demanda ayuda.
¿Quién no percibe en ella confundidos
Brotar de sus dos arpas los sonidos?

Dióles á ambos el Genio soberano
La misma inspiració, el mismo aliento:
Mas pasando tal vez de una á otra mano
De uno y otro el armónico instrumento,
El Arabe poeta y el Cristiano
Sacan de él á la par distinto acento;
Exhalando mezclada su armonía
La Arabe y la Cristiana poesía.

Confundidos así sus dos cantares
Entonan á una voz los dos cantores,
Y de la Cruz divina los altares
El poeta oriental orna con flores
Que tegen las hurís sus tutelares;
Pero de un solo sér adoradores,
«No hay mas que un solo Dios» — dice el Cristiano;
«No hay mas Dios sinó Dios» — el Africano.

Tal es la historia peregrina y bella
Que os dan sobre estas hojas estendida
Leëdla sin temor: nada hay en ella
que la razon rechace, ó la fé impida;
La luz que d sus páginas destella
Despierta el alma á la virtud dormida,
Y eleva el corazon y el pensamiento
A la pura region del firmamento.

Leëdla pues: y el ámbar que perfuma
De el paraíso la mansion divina,
Y el resplandor que de la Esencia suma
Derramado los mundos ilumina,
Y el rumor que levantan con su pluma
Las alas de Gabriel cuando camina,
Embalsame y alumbre y dé contento
A cuantos lean el divino cuento.


fin de la leyenda de Al-hamar.