La pobre gente: 06


ESCENA V editar

MÓNICA, TITA y RAÚL

MÓNICA. -A ver si se apuran, muchachos... (Se va hacia adentro y vuelve con una toalla mojada en una punta.) Vos Raúl, ¿concluiste, ya?... Vení acá... (Lo toma por un brazo y le limpia la cara.) Así no se siente tanto frío... ¡ajá, ja!... ¿Qué? ¡Bueno! (Toma de la mesa un trozo de pan que ha dejado el chico y se lo da.) ¡Lo come en el camino! ¡Es muy tarde ya! Váyase ligerito... y no se entretenga... (Lo acompaña hasta la puerta del foro, volviéndose.) Usted también, nena... Vaya a buscar a su padre... Ya sabe lo que le ha dicho... Es necesario portarse con juicio... Tenemos que trabajar todos para mantenernos... (Le arregla un moño en la cabeza.)

TITA. -¿Y antes por qué no teníamos tanta necesidad?

MÓNICA. -Porque había mucha costura. Y las cosas marchaban mejor... ¡Ande, pues!... Si se coloca, mañana Felipe le llevará sus ropitas... ¡Adiós!... (La besa.)

TITA. -¿Y cuándo vendré a casa?

MÓNICA. -No sé... Cuando le den permiso... (Emocionada.) ¡Algún domingo!... (Besándola de nuevo y tratando de disimular su emoción.) ¡Adiós!... ¡Pórtese bien!, mi queridita!... (La Tita se va lentamente y volviendo la cabeza a cada instante. Mónica de frente al público no se vuelve hasta que la nena ha desaparecido. Entonces se cubre el rostro con el delantal, dejando oír un sollozo. Repuesta rápidamente, va hacia un rincón, toma una escoba y se pone a barrer.)