La de San Quintín: 13


Escena XII

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ROSARIO, RAFAELA.


ROSARIO.- Sácame también un par de blusas.

RAFAELA.- (Forcejeando con la cerradura sin poder abrirla.) Señorita, no puedo abrirlo.

ROSARIO.- Pues déjalo. Saca la ropa de este (El que está abierto.) y la vas poniendo en aquel armario de nogal. (Señalando al interior por la puerta de la derecha.)

RAFAELA.- (Impaciente.) ¡Maldita cerradura!

ROSARIO.- Alguien habrá por ahí que te ayude.


(Óyense fuertes golpes en la pared, por la derecha.)


¿Qué es esto?

RAFAELA.- Parece que derriban la casa.

ROSARIO.- Vamos; date prisa. Mira, yo lo sacaré. Vete a traerme agua. (Revolviendo en una bandeja de ropas que RAFAELA, al salir, dejó sobre la silla.) Aquí está el de cuadros. Este no me gusta.


(Lo saca; y al volverse hacia la derecha para extenderlo sobre una silla, ve a VÍCTOR, que entra por la puerta derecha, segundo término, trayendo martillo, cortafríos y el metro. ROSARIO se asusta, da un ligero grito. Quédase VÍCTOR suspenso, inmóvil, contemplándola.)