La Guerra: 05
Horrible y espantosa es la guerra! Naciones violentamente agitadas, pueblos destrozados, ciudades entradas á saco, villas incendiadas; hombres muertos; atropellados los ancianos y los niños, violadas las doncellas, profanados los templos, suspenso el comercio, empobrecida la industria; la miseria haciendo presa lo mismo en la hacienda de cada país que en el hogar de cada familia; el embrutecimiento extendiéndose rápidamente por las clases inferiores; la desmoralización corroyendo como un cáncer las entrañas de la sociedad; unas veces el hambre, otras la peste; ¡hé aquí los elementos que componen el espectáculo de la guerra!
Los diplomáticos, desde lo interior de sus gabinetes, discuten á sangre fria sobre los destinos de las naciones; y, ora movidos por el amor á su patria, ora excitados por los estímulos de su ambición particular, conducen los sucesos de manera que un dia ú otro, ya tratando de evitarla, ya provocándola, llega á estallar la guerra. Y en el momento mismo, millares y millares de soldados, ignorantes la mayor parte de la causa porque combaten, se precipitan á la matanza y al exterminio, y, trastornándolo todo, destruyen en un dia todo lo que en largos años de paz ha acumulado un país en orden, riqueza, moralidad y civilización.