Amor, di ¿qué senderos se gozan con tu paso?
¿cuáles los reyes magos a que sirves de guía?...
¿qué rubicunda aurora, que sonrosado ocaso
vio tu carro de fuego en el triunfo del día?...

    ¡Ah! ¡Si tu alba luciera para mi noche oscura!
¡Si mis rosas abrieran temblorosas a verte!
¡Se endulzaría el hondo cáliz de mi amargura
con el néctar con que haces tan amable la Muerte!