En un álbum (Oriental)
Cuentan los magos, gentil señora,
que hay una fuente junto a Basora,
bajo cuya agua tal vez se cría
fecundizada por su onda pura,
una flor solitaria e inodora,
esquiva al sol del día,
que se llama la flor de la ventura.
Cuando algún mago, gentil señora,
de aquellos sabios que hay en Basora
coge esta planta desconocida
y la da en prenda de amistad pura,
esta flor solitaria e inodora,
aquien es ofrecida
lleva el amor, la paz y la ventura.
El que posee, gentil señora,
esta sagrada flor de Basora,
el campo estéril de nuestra vida
cruza con planta firme y segura:
y cuanta hiel y mal en sí atesora
la terrenal guarida,
se torna para él miel y ventura.
¡Ah!, si yo fuera, gentil señora,
un mago de esos que hay en Basora,
su flor sagrada recogería
y en prenta santa de amistad pura
te la ofreciera en el lugar que ahora
esta ruin poesía
que busca en tu acogida su ventura.
Benigna admítela, gentil señora,
y plegue al cielo que desde ahora,
esta sencilla memoria mía
bálsamo sea de tu amargura
cual la flor de los magos de Basora,
y que esta poesía
sea la evocación de tu ventura.