En el álbum de la señora doña Adelaida O'Dena
Te tengo comparada,
rubia señora,
con montaña nevada
que el alba dora.
Tu blanca frente
tu cabellera ciñe
resplandeciente;
como la cumbre de los montes tiñe
el oro de la luz del sol de oriente.
Humana criatura
te cree la tierra:
mas algo tu hermosura
de ángel encierra;
porque tu frente,
coronada de rizos
de oro luciente,
va cual la de los ángeles orlada
con aureola de luz del sol de oriente.
FIN