El hogar
II
EL HOGAR
¡Cuán dichoso el afecto que se esconde!
Quédate, corazón, en tu lugar:
Nunca la dicha á la inquietud responde
De almas que corren sin saber á dónde;
Vale más el reposo del hogar.
Para ellas nunca hay paz: en su extravío
Cruzan de Oriente á Ocaso, tierra y mar,
Siempre barridas por el viento impío
Que alza la duda en el desierto frío;
Vale más el reposo del hogar.
¡Goza en la sombra, corazón! Sin duelo
Descansa el ave en el nativo alar,
Y siempre halcón traidor amaga el vuelo
De las que vagan por el alto cielo;
Vale más el reposo del hogar.