Nota: Se respeta la ortografía original de la época


I

LA PAZ



De los bellos presentes
Con que Dios al mortal dotó benigno
Cuál es mayor, más digno,
Indagaron los sabios, los prudentes.
Quiénes, ó gloria, ó bienestar nombraron,
Quiénes ciencia dijeron;
Muchos la vida en el afán gastaron,
Todos el tiempo en la labor perdieron.

Yo, que en mi campo ameno
Ora las capas muevo del terreno,
Ora derramo las simientes de oro,
La verdad descubrí, rico tesoro.
El dón por excelencia
De cuantos otorgó la Providencia,
Es el dón de la paz, la paz hermosa.
¿Quién hay que no bendiga
El blando influjo de la inerme Diosa?
 

Ella, ella nos escancia
El jugo de la vid; ella prodiga
La salud, el contento, la abundancia,
Y tierna prole y juventud amiga.
Si estos frutos opimos
Que dispensa la Paz, robó la suerte,
Aquello miserable que vivimos
Vida se llama, y en verdad que es muerte.