El dormido despierto
El dormido despierto.
Un necio hacia acostar cerca de sí á su ayuda de cámara, y le preguntaba:
— Domingo, ¿estoy dormido?
— Sí, señor.
— Bueno; pero si no me duermo, dímelo, no me engañes.
Un necio hacia acostar cerca de sí á su ayuda de cámara, y le preguntaba:
— Domingo, ¿estoy dormido?
— Sí, señor.
— Bueno; pero si no me duermo, dímelo, no me engañes.