Acto I
El amor médico
de Tirso de Molina
Acto II

Acto II

[Sala en casa de DON ÍÑIGO, en Coimbra.]
[(Salen DON RODRIGO, de camino; DON GASPAR, DELGADO.)]


DON GASPAR

Dadme otra vez los brazos.


DON RODRIGO

Acortó, don Gaspar, la ausencia plazos.
Pues aquí veros puedo,
no echo menos amigos de Toledo.
Juzgábaos yo embarcado. 5


DON GASPAR

Mejor que imaginaba he negociado.
El cargo de un navío
me daba el rey; mas como vi a mi tío
que a Portugal venía,
del rey Fernando embajador, el día 10
que supe que llegaba,
la embarcación dejé.


DON RODRIGO

Mal os estaba.
Surquen hijos segundos
golfos de sales, midan sus profundos,
y gocen herederos 15
mayorazgos en paz, pues son primeros.
En fin, ¿os tiene en casa
don Íñigo de Cárdenas?


DON GASPAR

Y pasa
su favor adelante
de deudo y huésped: permisión de amante 20
tengo también en ella.
Dueño me intenta hacer de su hija bella,
y es doña Estefanía
competencia del sol que luz le envía.
Dice que pues heredo 25
a su hermano y mi padre, y en Toledo
mi mayorazgo tiene
su antigüedad y casa, no conviene,
pudiendo eslabonarla
con nuevo parentesco, desmembrarla; 30
que mientras se mitiga
el rey contra mí airado, a que se obliga,
a cargo suyo toma
nuestra dispensación, que ya está en Roma;
ved si es razón que pierda 35
la buena suerte de elección tan cuerda.

DON RODRIGO

Quedárades culpado,
si no de ingrato, de desalumbrado,
principalmente agora
que desposada vuestra dama, adora 40
a don Jaime Centellas.


DON GASPAR

Las de mis celos aumentara en ellas,
si no las apagara
la prenda hermosa que mi amor repara.
Ya el suyo en mí es olvido; 45
logre doña Micaela el que ha tenido
de mí, creyendo engaños,
y gócense los dos felices años;
que yo desde Sevilla,
informado de nuevas de Castilla, 50
aunque no verdaderas,
conservaba en el alma, ya quimeras,
si hasta agora esperanzas:
agradecido estoy a sus mudanzas.

(Aparte.)
 
(¿Quién la dama sería 55
que me habló en el Alcázar aquel día?
No hay que hacer caso desto;
pues mis dichas los cielos han dispuesto
por tan nuevos caminos,
trocaré por aciertos desatinos.) 60
Pues, señor don Rodrigo,
¿a qué venís acá?


DON RODRIGO

La corte sigo
del rey Manuel, fiado
en que como Castilla le ha jurado
por príncipe heredero, 65
y la casa que pone, a lo que infiero,
será a lo castellano,
respeto de favores, tenga mano
con su Alteza, y en ella
algún título honroso.


DON GASPAR

Buena estrella 70
os dé vuestra ventura;
que en los palacios todo es coyuntura.


DON RODRIGO

El creer que la hallara
en Lisboa, y en ella negociara,
fué causa de un rodeo 75
bien cansado; mas ya que aquí le veo
sin muestras de mudanza,
asentará mis cosas la esperanza.


DON GASPAR

Pica la peste tanto
en Lisboa, que a todos pone espanto; 80
y en riesgo tan terrible,
es ciudad saludable y apacible
Coimbra, celebrada
por la fama presente y la pasada;
benévolo su clima, 85
fértil su territorio, en cuya estima
cristales del Mondego
compiten con el Tajo, y el sosiego
convidando a las Musas
(que donde hay multitud viven confusas), 90
aquí hallan puerta franca,
sin envidiar Coimbra a Salamanca;
que es este lugar solo
habitación de Amor, Marte y Apolo.


DON RODRIGO

Ilustre le hizo al mundo 95
la asistencia del rey Don Juan segundo,
que lo más de su vida
en él tuvo su corte entretenida.

[Sale TELLO.-Dichos.]


TELLO

¿Oyes, señor? Te llama
la embajatriz doncella nuestra dama, 100
y su padre con ella,
que desea aliviarla de doncella.


DON GASPAR

¿Queréisla ver, Rodrigo?


DON RODRIGO

Y a don Íñigo hablar, que es muy mi amigo,
y podrá, a vuestra instancia, 105
su favor con el rey ser de importancia.


DON GASPAR

Ése, yo os lo prometo.
Venid, y admiraréis en un sujeto
discreción y hermosura,
llaneza, gravedad, valor, cordura, 110
donaire y cortesía:
veréis, en fin, a doña Estefanía.
 
(Vanse los dos caballeros.)

TELLO, DELGADO.


DELGADO

¡Tello!


TELLO

¡Oh Delgado! y no hilo.
¿Acá también?


DELGADO

¿Qué hay de nuevo?


TELLO

En Portugal todo es sebo 115
hasta quedarse en pabilo,
todo bota, todo lua,
todo fidalgo valente,
paon mimoso, faba quente,
sardinha e manteiga crua. 120
    No hay poderlos entender:
la olla llaman panela,
y a la ventana janela.
Para darme de comer,
    dai-ca, me dijo una vieja, 125
tigelas; yo, que entendí
tijeras, unas le di;
y ella los guisados deja,
    diciendo que de Castilla
un hombre la iba a matar, 130
hasta que vine a sacar
que tigela es escudilla.
    Un viernes la pregunté:
«¿Qué tengo de cenar yo?-
Cagados, me respondió.- 135
Cómalos vuesamercé,
    la dije, y pullas a un lado,
que tiene muchas arrugas»;
y supe que eran tortugas
los cagados.


DELGADO

¡Buen guisado!

TELLO

La embajatriz mi señora,
que es digna de todo amor.
y me hace mucho favor,
por no decir me enamora,
da en hablar a lo seboso; 145
porque en nuestra tierra es fama
que en esta lengua una dama
tiene aire garabatoso;
    y entre cosas peregrinas
que suele mandarme hacer, 150
tracei-me, me dijo ayer,
do jardim umas boninas;
    olhai, e un ramo de cravos.
«¿Para qué diablos querrá,
dije, si loca no está, 155
olla, boñigas y clavos?
    El tiempo anda enfermo, y éste
altera nuestra salud;
deben de tener virtud,
sin duda, contra la peste.» 160
    Compré una olla vidriada,
al campo salí, llenéla
de clavos, emboñiguéla,
y llevándola tapada
    con la capa, la hallé hablando 165
con su padre y mi señor
(no era muy fino el olor
con que me iba perfumando.)
    Llegué y díjela al oído:
«Aquí aquel recado está»; 170
y respondióme: «Dai-ca.»
«¿Estás fuera de sentido,
    señora, que a esto me obligas?
-repliqué- ¡Gentil humor!
¡Sacarle a un embajador 175
un puchero de boñigas!»
    Mandó que lo descubriese,
y vino a causar su prisa
a unos asco y a otros risa,
y a que mi amo se corriese, 180
    y tuviésemos mohinas.
¡Averigüe Garibay
que es aquí «mirad» olhai,
que las flores son boninas
   y cravos claveles son! 185
En fin, yo, que su humor sigo,
porque se huelgue conmigo,
paso plaza de bufón.

[Salen DOÑA ESTEFANÍA, DON ÍÑIGO,
DON GASPAR y DON RODRIGO.-Dichos.]

 

DON ÍÑIGO

(A DON RODRIGO.)
 
Huélgome infinito yo
de veros por esta tierra; 190
que el que en la suya se encierra
y nunca se divirtió
    en las demás, no merece
de discreto estimación.
Historias los reinos son, 195
y el que verlos apetece,
   estudiando en la experiencia
que a tantos renombre ha dado,
vuelve a casa consumado,
y es para todo. No hay ciencia 200
    en libros como en los ojos,
porque en la práctica estriba
la más especulativa:
la ociosidad causa enojos;
    mozo sois, y en Portugal, 205
que es una común escala
de cuanto el orbe señala,
yo sé que no os halléis mal.


DON RODRIGO

Ni ya menos echaré
a Castilla ni a Toledo, 210
si con Vuexcelencia quedo
acreditado.

DON ÍÑIGO

Hablaré
    hoy al Rey, que se dispone,
según la voz común pasa,
a poner segunda casa 215
castellana; y si la pone,
    sabiendo vuestro valor,
no tiene dificultad
que os honre su Majestad.


DON RODRIGO

Siendo vos mi protector, 220
    señor, ya la dicha mía
asegura mi cuidado.
 
(A DOÑA ESTEFANÍA.)
 
Añadirá otro criado
en casa Vueseñoría,
    y seré yo venturoso 225
en acertarla a servir.


DOÑA ESTEFANÍA

Yo os quisiera ver lucir,
señor, algún cargo honroso,
    con que en Portugal quedaran
satisfechos de Castilla. 230


DON ÍÑIGO

Al que en Portugal se humilla,
por forastero le amparan
    fidalgos y caballeros;
porque siempre llevó mal
presunciones Portugal 235
de arrogantes forasteros;
    mas vos, señor Don Rodrigo,
que sois tan enerdo y cortés,
en cualquiera portugués
tendréis hermano y amigo, 240
    y en mí un nuevo servidor.


DON RODRIGO

Por mi señor os elijo;
que, en fin, en todo sois hijo
de quien siendo embajador
    de nuestros reyes aquí, 245
tiene la opinión en pie
castellana.

DON ÍÑIGO

Hoy hablaré
al Rey, que audiencia pedí.
    Paréceme, Estefanía,
que estás triste.


DOÑA ESTEFANÍA

Causarálo, 250
señor, el tiempo, que es malo,
y engendra melancolía.
    Dicen que la peste asombra
todo este reino.


DON ÍÑIGO

Si das
en eso, no vivirás 255
segura; que a quien la nombra,
    maltrata su contagión,
y en todo temor mortal
no hace tanto daño el mal
como su imaginación. 260
    Coimbra tiene frescuras,
su río alegres riberas;
cuando divertirte quieras,
si frecuentarlas procuras,
    podrás divertir cuidados 265
que aumenta la ociosidad.


DOÑA ESTEFANÍA

Antes con su soledad
suelen dar pena, doblados.
    Yo procuraré, señor,
ocupar mis pensamientos 270
donde no puedan violentos
acrecentar su rigor;
    cuando no por otra cosa,
por no darte pena a ti.


DON GASPAR

El alma, prima, que os dí, 275
viéndoos triste, está quejosa,
    porque como por vos vive,
juzga, y no sin propiedad,
que no tiene voluntad
quien triste al huésped recibe. 280
    Siquiera por forastera
tratarla bien será justo.

DOÑA ESTEFANÍA

Quien vive donde no hay gusto,
¿qué es, Don Gaspar, lo que espera?
    La tristeza me entretiene: 285
no sé yo que haya posada,
que al huésped esté obligada
a darle lo que no tiene.
    Mudarla será mejor,
si no se halla bien en ella. 290


DON GASPAR

No fuérades vos tan bella,
a mostrar menos rigor.
    No lo dije yo por tanto,
ni ya podré hacer mudanza:
el amor, que es semejanza, 295
llorará, con vuestro llanto,
    y alegrándoos, estará
alegre; que el mar y amor
no tienen otro color
que el que su objeto les da. 300


DOÑA ESTEFANÍA

Hoy me habéis de perdonar,
si dejo de responderos.


DON GASPAR

Serviros y no ofenderos,
pretendo yo.
Don Gaspar,
    dejémosla; que es costumbre, 305
que de su madre heredó,
la tristeza: dila yo
muchas veces pesadumbre,
    aunque tanto me quería,
si a consolarla llegaba, 310
cuando desta suerte estaba.


DON RODRIGO

(Aparte.)
 
¡Qué hermosa es la Estefanía!


DON ÍÑIGO

Haz que te pongan el coche,
sal a pasearte al río.


DON GASPAR

(Aparte.)
 
¡Qué presto, recelo mío, 315
os muestra mi sol su noche!
    ¡Apenas salió el aurora
del favor, cuando ya veo
nublados en mi deseo!


DON ÍÑIGO

Venid, que debe ser hora 320
    de ir a palacio, y querría,
Don Rodrigo, hablar por vos
hoy al Rey.


DON RODRIGO

(Aparte.)
 
¡Válgame Diosl
¡Qué bella es la Estefanía!

(Vanse todos menos la dama.)

DOÑA ESTEFANÍA.


DOÑA ESTEFANÍA

Imaginación tirana, 325
pues con vos sola me dejan,
decidme: ¿qué os aconsejan
penas que os hacen liviana?
¿De cuándo acá sois tan vana,
que dais audiencia a locuras? 330
¿Cómo acertaréis a escuras
donde yerran claridades?
¿Por qué amáis desigualdades,
ni posibles ni seguras?
    ¿Este fin será razón 335
que tengan mis altiveces?
Libertad, que tantas veces
triunfó vuestra presunción,
ya que imitáis a Faetón
cayendo, no os despeñéis 340
sin que en todo le imitéis;
pues, aunque de seso falto,
Faetón se perdió por alto,
y vos por baja os perdéis.
    ¿A un médico amáis? Callad; 345
que el publicarlo es locura.
¿Para qué se llama cura,
si es la misma enfermedad?
Destruye la voluntad,
¡y a curar cuerpos se allana! 350
¿Qué medicina inhumana,
qué médico, amor, es éste,
que cura pestes, y es peste
que enferma al mismo que sana?
    ¡Nunca en casa le admitiera 355
mi padre! ¡Nunca llevara
salarios con que matara
a la visita primera!
¡Nunca yo el pulso le diera!
Pues, para mi perdición, 360
en fe de ser contagión
de tanta efímera loca,
apenas la arteria toca,
cuando abrasa el corazón.

[Salen DON ÍÑIGO, DON GASPAR,
DON RODRIGO, DON MARTÍN y TELLO.
-DOÑA ESTEFANÍA.]



DON ÍÑIGO

Está indispuesto su Alteza, 365
y no despacha este día:
quiero mucho a Estefanía,
Don Gaspar, y su tristeza
    obliga a volverme a casa.


DON GASPAR

¿A quién no dará cuidado 370
el ver el sol eclipsado,
señor, que entre nieve abrasa?


DON RODRIGO

Todos participaremos
de su mal si no mejora.


DON GASPAR

Y más quien cual yo la adora. 375


TELLO

¡Gentil hespital tendremos!


DON ÍÑIGO

Hija, mientras sola estés,
tu tristeza aumentarás.
¿Por qué al campo no saldrás,
si en él la eficacia ves 380
    con que divierten sus flores,
y alegran sus aires puros?


DOÑA ESTEFANÍA

No son remedios seguros
los que acrecientan rigores.
    El campo al triste entristece, 385
como la música.


DON ÍÑIGO

¿En qué
fundas la tuya?


DOÑA ESTEFANÍA

No sé;
nada mi gusto apetece.


DON ÍÑIGO

Quebrada estás de color.

TELLO

(Aparte.)
 
Pues poco valen o nada 390
vasija y virgen quebrada.


DOÑA ESTEFANÍA

Mala me siento, señor;
    por sólo no darte pena,
disimulo mis pasiones:
si duermo, imaginaciones 395
me despiertan; estoy llena
    de disgustos, como mal,
aprietos del corazón
me angustian...


TELLO

¿Palpitación?
Ramo es de gota-coral. 400


DON ÍÑIGO

Tello, tú alegrar solías
sus tristezas con frialdades:
di algunas.

TELLO

Las navidades
entretienen y son frías:
    pónganla encima del bazo 405
diez o doce, y sanará;
aunque navidades ya
son en viejas embarazo,
    porque aborrecen verdades
y oyen de terrible gana 410
que digan: «Doña Fulana
tiene muchas navidades.»
    El mas eficaz remedio
de toda doneella ha sido
cuatro arrobas de marido, 415
sin suegra que se entre en medio.
   Récipe que de esto coma;
que son muchas dilaciones
esperar dispensaciones
por el prototo de Roma. 420


DOÑA ESTEFANÍA

Échenme de aquí este necio.


TELLO

¿Escocióla?


DOÑA ESTEFANÍA

Idos de aquí,
o iréme.


TELLO

En el punto dí.
No tiene mi ciencia precio;
   mas si no sanan fatigas 425
las recetas que la doy,
tengan, que a buscarla voy
olla, clavos y boñigas.
 
(Vase.)

[Sale un PAJE.
-DOÑA ESTEFANÍA, DON ÍÑIGO, DON GASPAR,
DON RODRIGO, DON MARTÍN.]

 

PAJE

El médico está, señor,
a la puerta.


DOÑA ESTEFANÍA

Entre, y advierta 430
que al dotor nunca la puerta
se le cierra.


DON ÍÑIGO

Entre el dotor.

(Vase el PAJE.)

[Sale DOÑA JERÓNIMA, de médico,
con cuello abierto pequeño sotanilla larga,
capa de gorgorán con capilla, y guantes.


-DOÑA ESTEFANÍA, DON ÍÑIGO, DON GASPAR,
DON RODRIGO, DON MARTÍN.]

  

DOÑA JERÓNIMA

 Dios sea en aquesta casa.


DON ÍÑIGO

Vengáis, dotor, en buen hora.
No está buena Estefanía. 435


DOÑA JERÓNIMA

¿Qué mucho, si es tan hermosa?


DON GASPAR

Pues ¿repugna la salud
a la hermosura?


DOÑA JERÓNIMA

¿Eso ignora
vuesamerced? Claro está
que cuando se proporcionan 440
de las cuatro calidades
los cuatro humores, dan forma
a la belleza apacible,
buen talle y gentil persona.
Esto es lo que llama ad pondus 445
nuestro Galeno, y dél consta
la igualdad y simetría
saludable y deleitosa.
De aquí nace la belleza,
y esta tal consiste toda 450
en la sangre delicada,
y tiene su esfera propia
en el hígado, y de allí,
blanca entrando, sale roja
a nutrir todos los miembros 455
con los cuales se conforma,
siendo carne con la carne,
hueso con el hueso, y toma
de la sustancia que nutre,
color, calidad y forma, 460
porque cada miembro busca
su semejanza amorosa:
de modo que cuanto más
fuere elegante una cosa,
tanto más tendrá la sangre 465
delicada, y si se nota,
por esta causa estará
más expuesta y peligrosa
a cualquiera alteración
que la destemple y corrompa. 470
Por esto niños y damas
tan fácilmente se aojan,
porque la fascinación
halla resistencia poca
en la sangre que penetra, 475
y ansí al punto que la toca,
le pega su calidad,
lo que no hiciera en la tosca.
¿Ve, señor, vuesamerced
cómo toda dama hermosa 480
está sujeta a accidentes
que llama el griego symptomas?

DON GASPAR

Ello está muy bien probado.


DOÑA JERÓNIMA

Esta calidad morbosa,
que de malas influencias 485
aires y gente inficiona,
produce melancolías,
y aunque no enferme, congoja
cualquiera disposición,
si bien unas más que otras; 490
porque aumenta el atra-bilis
térrea, fría, y que provoca
a retiros intratables.
Si vueseñoría, señora,
no procura divertirse, 495
y imagina, estando sola,
tristezas, enfermará;
que imaginatio es axioma
general, que facit casum;
y ansí será bien que ponga, 500
con medios preservativos,
atajos a esta ponzoña.


DOÑA ESTEFANÍA

No gastéis, señor dotor,
de aforismos tanta copia;
que es almacén ordinario 505
de todo médico broma.
Ved si tengo calentura.

(Da el pulso.)


DOÑA JERÓNIMA

No es confirmada hasta agora;
pero dispónese a serlo.
Pesado pulso.


DOÑA ESTEFANÍA

(Aparte.)
 
Amorosa 510
sangre, decilde mi mal:
sirva la arteria de boca,
pues viene del corazón.


DOÑA JERÓNIMA

Vena obtusa. Dadme esotra.

(Da el otro pulso DOÑA ESTEFANÍA.)


DON GASPAR

(Aparte.)

¿Que tenga un dotor licencia 515
tan amplia, que lo que goza
el tacto, a mí se me niegue?
¡Oh, facultad venturosa!


DON RODRIGO

(Aparte.)
 
Por Dios, que debe de ser
su enfermedad contagiosa, 520
porque se me va pegando.
¿Qué es esto, inclinación loca?


DOÑA JERÓNIMA

¿Duéleos algo?


DOÑA ESTEFANÍA

El corazón.


DOÑA JERÓNIMA

¿Agora?


DOÑA ESTEFANÍA

No, estando sola...

(Aparte.)
 
(Iba a decirle: «sin veros».) 525


DOÑA JERÓNIMA

¿Y qué sentís más?


DOÑA ESTEFANÍA

Me ahoga...
 
(Aparte.)
 
(Mi secreto iba a decirle.)
no sé yo qué, que me estorba


DOÑA JERÓNIMA

¿El escupir?


DOÑA ESTEFANÍA

No, el hablar.


DOÑA JERÓNIMA

Mucílago es pituitosa.

DOÑA ESTEFANÍA

Abrásanseme las palmas
de las manos: cuanto tocan,
encienden; tentad, tentad.
 
(Dale las dos manos.)


DOÑA JERÓNIMA

¡Brava intemperies!


DOÑA ESTEFANÍA

Soy Troya.


DOÑA JERÓNIMA

Tenéis toda la región 535
del hígado por la cólera
lesa, que con la pituita
quemándola se incorpora.
Ahora bien, señora mía,
vuesiría se disponga 540
a preservar accidentes
que la experiencia diagnóstica
nos indica: lo primero,
con dieta flemagoga
y algo colagoga, enfrene 545
cualidades licenciosas.


DOÑA ESTEFANÍA

Dotor, habladme en romance.


DOÑA JERÓNIMA

Digo que vusía coma
manjar entre húmedo y seco:
pan con anís, y éste en roscas; 550
carnes no del todo asadas,
verbigracia: pavos, pollas,
perdices, lechones, liebres,
ternera; mas no palomas.
Si apeteciese cocido, 555
mandará echar en las ollas
culantro verde, mastuerzo,
verdolagas, o buglosa,
borrajas y yerbabuena,
que mezcladas unas y otras, 560
templarán lo seco y frío;
mas no han de llevar cebolla.
Los peces secos y asados,
de corrientes pedregosas,
no de estanques ni lagunas, 565
y las salsas olorosas,
sin pimienta ni canela.
Cene a la noche escarolas
cocidas, peras asadas,
huevos frescos y dos gotas 570
de clarete bien linfato.
Guardarse de estar ociosa,
hacer mediano ejercicio,
y echar aparte congojas:
con esto, y unos jarabes 575
que alteren, cuezan, dispongan
esos humores rebeldes,
y cinco píldoras solas,
espero en Dios de dejarla
sana en distancia tan corta, 580
que restituya alegrías,
y a sus mejillas sus rosas.

DOÑA ESTEFANÍA

Haced vos eso, dotor,
si mi salud os importa
-que si gustáis, bien podéis-, 585
y de cuanto soy señora
dispondréis a vuestro arbitrio.
 
(Aparte.)
 
¡Ay! ¡Si me entendiese!


DOÑA JERÓNIMA

Sobran
voluntad y medicinas;
pero falta que se pongan 590
en ejercicio.


DOÑA ESTEFANÍA

Por mí
recetad; que desde agora
estoy puesta en vuestras manos.


DON ÍÑIGO

¿Cómo te sientes?


DOÑA ESTEFANÍA

Mejoran
los enfermos de mi humor 595
sólo con ver de hora en hora
al médico junto a sí.


DON GASPAR

Aunque breve de persona,
sin autoridad de barba,
y la edad no muy dotora, 600
suple lo limpio y pulido
las letras, que serán pocas,
de quien en lugar de textos,
gasta el estipendio en ropa.

DOÑA JERÓNIMA

No dan las ciencias los años, 605
ni es tanta la que le sobra,
señor, a vuesamerced
que por mí no le responda
el filósofo monarca
en sus problemas curiosas. 610
Pregunta: «Por qué el ingenio
es mayor en la edad moza?»
Y respóndele el poeta
Ausonio: «No porque goza
mil años de vida el fénix, 615
será razón que se oponga
a los cien ojos con que Argos
alcanza todas las cosas;
que éste en vela, siempre estudia,
y aquél vive muerte ociosa.» 620
Cedimus ingenium quantum
praecedimus aevo. Ausonia
sentencia, en fin; que Minerva
niña se pinta y hermosa.
Nerva y Celso, de quince años, 625
la jurisprudencia en Roma
honraron; de diez y nueve
Augusto triunfó vitorias;
de treinta y dos alcanzó
Galeno el lauro y corona 630
de Apolo. Felix ingenium
non gaudet aetate longa.
Díjolo Filón judío.
Ni de mi estatura corta
menor alabanza espero, 635
cuando el sabio las abona,
Platón. Toda corpulencia
hace al ingenio enfadosa:
de aquí el adagio, Amens longus;
de aquí el filósofo axioma: 640
Fortior est virtus unita
se ipsa dispersa; y oiga
la causa en que esto se funda,
porque o se enmiende o se corra.
La humedad dilata miembros, 645
cuya obediencia es más propia
para el calor natural,
que con su aumento la honra.
Por esto el muy corpulento
es muy húmedo, y no hay cosa 650
de las cuatro cualidades
que así destruya las obras
de la ánima racional
como la humedad, que borra
las imágenes y especies 655
del discurso y la memoria.
Esto no hay en los pequeños,
cuya sequedad corpórea
no permite que la carne
se dilate correosa, 660
y no pudiendo extenderse,
queda en su estrechez angosta
el ánima más unida;
porque es cualidad heroica
que sutiliza el ingenio 665
la sequedad, de tal forma,
que dijo Heráclito della
esta sentencia famosa:
Est animus sapientissimus
splendor siccus; de forma 670
que la falta de mi cuerpo
en el espíritu sobra.
La curiosidad del traje,
ni afectada ni pomposa,
sino limpia y aliñada, 675
en el médico ocasiona
autoridad y respeto,
y más cuando se acomoda
con ella cara apacible;
que praestantissima forma 680
digna est imperio; y así
entre seis o siete cosas
que el médico ha de tener,
con que Hipócrates le adorna
en sus Epidemias, pide 685
que el vestido corresponda
al buen rostro: quod est pulchrum,
anticum est; y es forzosa
circunstancia en la belleza
la curiosidad sin costa, 690
el despejo, buena gracia,
buen olor y buena prosa.


DOÑA ESTEFANÍA

Decidme esas condiciones
que al médico perficionan,
que me entretiene el oíros. 695


DOÑA JERÓNIMA

Agrado, lenguaje, forma,
vestido, limpieza, olor,
disminuyen las congojas
del enfermo, si las tiene
el médico, mi señora. 700
De grosero y desabrido
Galeno a Caliantes nota,
porque entraba desahuciando,
y así fué su medra poca.
Primero se han de curar 705
los afectos que apasionan
el alma, que los del cuerpo,
sol aquélla, estotro sombra.
Pues si entra a ver al paciente
un dotor, presencia tosca, 710
mal vestido, peor hablado,
¿cómo es posible que ponga
buen ánimo en sus enfermos?


DOÑA ESTEFANÍA

Es esa verdad tan propia,
que de haberos sólo oído, 715
aliviada, me siento otra.
Tornad a verme estos pulsos.
 
(Dáselos.)

DOÑA JERÓNIMA

¡Jesús! ¡Su mundanza asombra!


DOÑA ESTEFANÍA

¿Qué os parece?


DOÑA JERÓNIMA

Que estáis buena.


DOÑA ESTEFANÍA

¿La color?


DOÑA JERÓNIMA

Jazmín y rosa. 720


DOÑA ESTEFANÍA

¿Las palmas?


DOÑA JERÓNIMA

Refrigeradas


DOÑA ESTEFANÍA

¿El aliento?


DOÑA JERÓNIMA

Azar en pomas.


DOÑA ESTEFANÍA

¿La disposición?


DOÑA JERÓNIMA

Divina.


DOÑA ESTEFANÍA

¿Y la igualdad?


DOÑA JERÓNIMA

Milagrosa.


DOÑA ESTEFANÍA

Tomad estos dos diamantes.

DON GASPAR

(Aparte.)

Por Dios, que soy si se nombra
medicina, y no amor esto,
en uno y en otro idiota.


DOÑA JERÓNIMA

Volveré a la noche a veros.


DOÑA ESTEFANÍA

Pues, ¿adónde vais agora? 730


DOÑA JERÓNIMA

A recebir una hermana,
que por no estar en Lisboa.
donde muere tanta gente,
quiere ser habitadora
de Coimbra.


DOÑA ESTEFANÍA

¿Hermana vuestra? 735


DOÑA JERÓNIMA

Mía, y vuestra servidora.


DOÑA ESTEFANÍA

¿Y ha de llegar hoy?


DOÑA JERÓNIMA

Sospecho
que estará ya en casa.


DOÑA ESTEFANÍA

¿Moza?


DOÑA JERÓNIMA

Y de cara razonable.


DOÑA ESTEFANÍA

¿Doncella?


DOÑA JERÓNIMA

Y escrupulosa. 740


DOÑA ESTEFANÍA

Pues, yo, ¿no tengo de verla?

DOÑA JERÓNIMA

Si esa merced se le otorga,
en descansando unos días,
vendrá a serviros.


DOÑA ESTEFANÍA

¿Se nombra?


DOÑA JERÓNIMA

Doña Marta de Barcelos. 745


DOÑA ESTEFANÍA

Y vos el dotor Barbosa.


DOÑA JERÓNIMA

Como el Moreno Juan Blanco,
ellas saldrán por la posta.
 
(A DON ÍÑIGO.)
 
Vueselencia ha de ampararme
en una ocasión forzosa, 750
donde me va por lo menos
opinión, interés y honra.


DON ÍÑIGO

Y ¿es la ocasión?


DOÑA JERÓNIMA

Heme opuesto,
por los que se me apasionan,
a la cátedra de vísperas 755
de medicina.


DON ÍÑIGO

¡Animosa
resolución!

DOÑA JERÓNIMA

Siguemé
la juventud que me abona,
y algunos graves del claustro,
que son los que solos votan. 760
De oposición leo mañana:
apadríneme aquella hora
vueselencia y sus amigos;
será cierta mi vitoria.


DOÑA ESTEFANÍA

Pues, ¿qué hará mi padre en eso? 765


DON ÍÑIGO

Iré yo, mi casa toda
y cuantos títulos tiene
esta corte; y si os importa
hablar votos...


DOÑA JERÓNIMA

Eso no;
mi justicia, señor, sola 770
es de quien he de valerme;
que los sabios no sobornan.
Guarde Dios a vueselencia
en vida de mi señora,
y del señor Don Martín. 775
  (Aparte a DON ÍÑIGO.)
Una palabra aquí a solas.
Vueselencia no la trate
en este tiempo de bodas;
que aunque a Don Gaspar se inclina,
cualquiera acción imperiosa, 780
en tiempo que es tan enfermo
y en complexión melancólica,
cansa la imaginativa,
y es fuerza que descomponga
la sangre y dañe al cerebro. 785
Alma quieta y vida ociosa
piden tiempos apestados.


DON ÍÑIGO

Pondráse todo por obra.
Volved a la noche a verla.


DOÑA JERÓNIMA

Lo que he dicho cene y coma, 790
y adiós.
 
(Vase.)

DOÑA ESTEFANÍA

Traed vuestra hermana
a verme, dotor Barbosa.
 
(Vanse DOÑA ESTEFANÍA y DON MARTÍN.)

DON GASPAR, DON ÍÑIGO, DON RODRIGO.

DON ÍÑIGO

Es notable habilidad.


DON RODRIGO

¡Lucidos años por cierto
en tal juventud!


DON ÍÑIGO

Su acierto 795
es tanto en esta ciudad,
    que a él solo se le atribuye
la común salud que goza.


DON GASPAR

Con todo eso, edad tan moza
en medicina no arguye 800
    seguridad al temor,
si es adagio verdadero
que ha de ser mozo el barbero
y con canas el dotor.


DON ÍÑIGO

Dícenlo por experiencia 805
que adquieren maduros años;
pero excusan desos daños
el estudio y la asistencia;
    todo el ingenio lo pasa.
Él tiene grande opinión 810
aquí, y yo satisfacción
de que visite mi casa.
    Ved en doña Estefanía
comprobada esta verdad.

DON RODRIGO

Mucho hace la voluntad 815
del enfermo, cuando fía
    del médico su salud,
si tiene fe en él.


DON GASPAR

Pues yo
no le diera el pulso.


DON ÍÑIGO

¿No?
¿Por qué?


DON GASPAR

Es mucha juventud 820
    para el estudio y desvelos
que pide su ciencia.


DON ÍÑIGO

Mal
le queréis.


DON GASPAR

(Aparte.)
 
Será señal
de que me abrasa de celos.


DON ÍÑIGO

¿Qué os ha hecho?


DON GASPAR

¿Qué? Pues, ¿puede 825
hacerme a mí mal, señor,
una pizca de dotor?

DON ÍÑIGO

¡Y cómo!


DON GASPAR

¿A mí?


DON ÍÑIGO

Cuando os vede
    la cosa que más amáis,
conoceréis que es cruel. 830


DON GASPAR

Si no me curo con él,
¿qué ha de vedarme?


DON ÍÑIGO

No estáis
en el caso, y es forzoso
el notificaros yo
lo que aparte me ordenó. 835
El tiempo anda peligroso,
    y todo ánimo ocupado
la salud llega a ofender;
ya sabéis que la mujer
no tiene mayor cuidado 840
    que el casamentero...


DON GASPAR

Sí.


DON ÍÑIGO

En llegando a tratar desto,
hasta el sueño le es molesto.
Dice, pues, que como os di
    palabra de yerno, en ella, 845
puesto que os tiene afición,
aquesta imaginación
con su sosiego atropella;
    y que la sangre que cría
-como es sutil y ligera 850
y el tiempo enfermo- se altera
y para en melancolía:
    que mientras la peste pasa,
desta pena la excusemos,
en divertirla tratemos, 855
y que vos la habléis con tasa;
    que ociosa y entretenida
podrá conservar mejor
para otro tiempo su amor.
Ya veis, si estimáis su vida, 860
    que esta receta es forzosa:
así lo podéis hacer,
porque yo he de obedecer
en todo al dotor Barbosa.
 
(Vase.)

DON GASPAR, DON RODRIGO.

DON RODRIGO

(Aparte.)

    Y yo por esa receta 865
mil gracias a darle voy;
con celos amando estoy,
pasión, si loca, discreta.
    Pues hablarla le limita,
yo le debo este favor; 870
visitemos al dotor,
celos, que a mi bien visita.
 
(A DON GASPAR.)
 
Todo lo que se dilata
en amor de prometido,
trae, don Gaspar, añadido 875
de gusto: curarse trata
    triste vuestra prenda hermosa;
si su dueño habéis de ser,
paciencia, y obedecer
en todo al dotor Barbosa. 880
 
(Vase.)

DON GASPAR.
 

DON GASPAR

Para confirmar temores
desta sospecha homicida,
basta y sobra el ver que impida
el médico mis amores.
Mi dama es toda rigores, 885
puesto que afable y piadosa,
premiaba mi fe amorosa.
¿Qué mucho? Es al fin mujer.
Celos, ya empieza a temer
mi amor al dotor Barbosa. 890
    Cuando no le ve, está triste,
y, en viéndole, toda es gozo;
él es despejado y mozo;
cúrala, a su pulso asiste;
poco la sangre resiste, 895
si la ocasión la provoca;
si llega y arterias toca,
comunicarále penas;
¿quién vió que amor por las venas
hablase, y no por la boca? 900
    Que la vaya a ver me quita,
porque de mí se divierta,
patente para él la puerta
que para mí se limita.
¡Él una y otra visita, 905
y a mí tanta privación!
Médica jurisdicción,
malicioso estoy: ¿qué quieres
de ocasiones y mujeres,
ella mujer, tú ocasión? 910
    ¡Oh médicos, que inhumanos
con los cuerpos sois, dejad
las almas con libertad,
que ya perseguís tiranos!
Dos veces le dió las manos, 915
y a tocarlas le importuna;
envidie amor su fortuna,
y llorad, desdicha, vos.
¡Él manos de dos en dos!
¡Yo con celos, y ni aun una! 920
    Forzaránme mis desvelos
a hablarle, y no dispensando
retiros que estoy dudando,
vengaránse mis recelos.
No hay médicos para celos, 925
que es incurable y furiosa
la pena que los acosa;
parta visitas conmigo,
o llámeme su enemigo
desde hoy el dotor Barbosa. 930
 
(Vase.)


[Una calle de Coimbra.]
 
(DOÑA JERÓNIMA, de mujer,
y QUITERIA, ambas con mantos.)


DOÑA JERÓNIMA

Quiteria mía, esto pasa;
sólo descanso contigo:
nuevamente mi enemigo
por dama nueva se abrasa.
   Nuevamente está por mí 935
loca doña Estefanía;
y, nueva la pena mía,
es viejo mi frenesí.
    Todo se imposibilita:
don Gaspar, ciego, apetece 940
voluntad que le aborrece;
su dama en esto le imita,
    pues amándome ya ves
cuán incurable es su mal;
amo yo con pena igual, 945
y engañámonos los tres.
    ¿Cómo hallaré la salida
de tan encantada Creta?


QUITERIA

Si no la da algún poeta,
no la esperes en tu vida. 950
    ¡Buen fin a nuestro viaje
ha dado tu ciego amor,
buena disculpa a tu honor,
buen fin a nuestro viaje!
    Don Gonzalo está en Pamplona 955
peleando, y cuanto gana,
echando a perder su hermana;
yo no sé de qué blasona
    la ciencia en que te señalas,
si a tal locura te obliga; 960
pero diré que a la hormiga
por su mal te nacen alas.
    Tú en Coimbra en opinión
de otro Galeno, no hay hombre
que en viéndote no te nombre 965
«el Hipócrates capón».
    Visitas a bulto, y ganas
dineros restituibles;
haces curas imposibles;
matas veinte, cuatro sanas. 970
    Ya sabes andar a mula;
ya tiras, que es lo mejor,
gajes de un embajador;
ya en paredes te rotula;
aunque en esto decir puedes 975
que a la vergüenza te saca
tu fama, y de puro flaca,
la pegan a las paredes.
    Das en querer catedrar
de vísperas o maitines, 980
con que médicos ruines
no te acaban de envidiar,
    sin que haya en ellos quien hable
en favor de tus recetas;
que en médicos y en poetas 985
la envidia es sarna incurable.
    Y para aliñarlo agora,
finjes que una hermana tienes,
y que a recibirla vienes;
quiere verla tu señora, 990
    y aunque a todos satisfaces,
nunca acabas de mirar
que en alguno te has de errar,
si tantos papeles haces.


DOÑA JERÓNIMA

¿Ves todo eso? Pues de todo 995
habemos de salir bien.


QUITERIA

Ruego al cielo que no den
con nosotras en el lodo.
    ¿Dónde vamos de mujeres?


DOÑA JERÓNIMA

A ver a la Estefanía, 1000
causa di la pena mía.


QUITERIA

Pues, ¿qué es lo que enredar quieres


DOÑA JERÓNIMA

Ello dirá.


QUITERIA

Don Gaspar
es aquél, y su criado.


DOÑA JERÓNIMA

Tápate.


QUITERIA

Ya me he tapado. 1005
 
(Tápanse.)

Salen DON GASPAR, TELLO.
-DOÑA JERÓNIMA. QUITERIA.

TELLO

(Hablando aparte con su amo al salir.)
 
Sospecho que ha de posar
    allí, de donde salieron
las sebosas embozadas.


DON GASPAR

¿También hay acá tapadas?


TELLO

De Castilla lo aprendieron. 1010


QUITERIA

Nuevas tramoyas comienzan.


TELLO

Ya aguardan; hablarlas puedes.


DON GASPAR

Dios guarde a vuesas mercedes.


DOÑA JERÓNIMA

Fidalgo, os anjos vos bençam.


TELLO

¡Los ajos han de vencer! 1015
Pues aquí, ¿somos villanos?


DON GASPAR

Calla.


TELLO

Somos castellanos,
y allá no se usa comer
    sino entre rústicos bajos,
ese cavador manjar. 1020


DON GASPAR

En fin, ¿no quieres callar?


TELLO

¿Por qué han de vencer los ajos?


DON GASPAR

Los ángeles, majadero,
nos bendigan, dice.


TELLO

Ansí...
¿Los ángeles? Eso sí.

(Saca una mano sin guante DOÑA JERÓNIMA.)

DON GASPAR

¡Ay! ¡qué mano!


TELLO

(Aparte a su amo.)
 
De mortero.
    Ensébanlas las hermosas
que en nuestra Castilla están;
considera tú qué harán, 1030
siendo aquí todas sebosas.


DOÑA JERÓNIMA

Deixai-nos passar diante;
que temos presa.


DON GASPAR

Esperad,
y primero me avisad
si es la cara semejante 1035
    a esa mano; que ha mil días
que no la he visto tan bella.


DOÑA JERÓNIMA

Ainda melhor.


DON GASPAR

¿Mejor que ella?


DOÑA JERÓNIMA

Naon me enjeitam zombarias.
    Ficai, fidalgo, com Deos; 1040
que naon falo castelhanos.


DON GASPAR

Ni yo busco sino manos
que ansí hechizan los deseos.
    Si es igual vuestra hermosura,
deme esa mano un favor. 1045


TELLO

Come manos mi señor,
que es amante de grosura.


DON GASPAR

Calla, necio.
 
(A DOÑA JERÓNIMA.)
 
Demos traza
de que yo dos dedos vea
de cara; que me recrea 1050
vuestro aire.


DOÑA JERÓNIMA

¡Tamanha graça!
    ¿Vindes doudo?

DON GASPAR

Loco vengo,
y de pérdida, por Dios.
¿Queréis despicarme vos?
Amor a una dama tengo 1055
con muchos inconvenientes.


DOÑA JERÓNIMA

Se fore desengraçada,
enfadadiza, escoimada,
vos lhe arreganhai os dentes,
    e agachar-se-vos ha logo, 1060
porque con mimos ninguem
de nosoutras quere bem.
Assentai com ella e jogo
    desde hoje assi, e naon cureis
de mais çà, nem de mais là. 1065


DON GASPAR

Quien tales consejos da,
diestra está en amar. ¿Queréis
    autorizar con la cara
tan sazonado consejo?


DOÑA JERÓNIMA

¡Oh! ¡que enfadonho e sobejo! 1070


TELLO

(A QUITERIA.)
 
Quítenos esa antiparra
    también acá, y muestre a ratos
ríbetes vuestra hermosura.
Destápate, ninfa escura.


QUITERIA

Tirai-vos là, esfola-gatos. 1075


TELLO

Afrentóme. Hola, señor,
en lenguaje portugués,
esfolagatos, ¿qué es?


DOÑA JERÓNIMA

Deixai-nos ir.

DON GASPAR

A un dotor
    buscaba, que vive aquí; 1080
mas después que os llegué a ver,
pienso que no es menester.
De cuantas bellezas vi
    en esta corte, ninguna
cuidado de amor me da, 1085
y no sé qué me hace acá
vuestro donaire; sólo una
    hablé en Sevilla, tapada,
que se os parece no poco
en el talle; mi amor loco 1090
de medios ojos se agrada.
    ¡Ay si fuésedes tan bella
como voy conjeturando!
Si por vos fuese olvidando
el desdén que me atropella, 1095
    si mi amor que a ciegas anda
se quedase en Portugal,
si fuésedes principal,
si cariñosa, si blanda,
    ¡qué bien mi suerte se aliña! 1100
¡qué bien mi amor se mejora!
Descubrid el sol, señora;
acabad.


DOÑA JERÓNIMA

¡Ai mana minha!


DON GASPAR

Perdonad mi desvarío.


DOÑA JERÓNIMA

¡Naon me deis enfadamento! 1105


DON GASPAR

Lastimaos de mi tormento.


DOÑA JERÓNIMA

Pois eu, fidalgo, parío?


DON GASPAR

No me paristes; mas sé
que habéis de ser contrayerba
de una voluntad proterva, 1110
que desconoce mi fe.
    Su despego me desmaya;
en desdén favores trueca,
y aunque es hermosa, es muy seca.

DOÑA JERÓNIMA

¿É seca? Pois vos regaia. 1115


DON GASPAR

Haced lo que os tengo dicho;
que si deste golfo salgo
por vos, a fe de fidalgo
y caballero...


DOÑA JERÓNIMA

¡Bom bicho!


DON GASPAR

Que si al talle y al olor 1120
la calidad y belleza
corresponde, si nobleza
tenéis, que mude de amor,
    y de un mayorazgo os haga
dueño, que en Castilla heredo. 1125


DOÑA JERÓNIMA

¿Morgado tendes?


DON GASPAR

Toledo
de sus propios me lo paga.


DOÑA JERÓNIMA

De maneira esconjurando
falais, que por derradeiro,
a facer o que naon queiro 1130
forgais; vindi-vos chegando.

(Apártanse los dos.)

TELLO

(Aparte.)
 
-¡Miren allí qué meollo!
Tantas quiere cuantas veces

(A QUITERIA.)
 
Yo contigo, ¿no podré
tantico?


DOÑA JERÓNIMA

Catai-me este olho. 1135


TELLO

(A su amo.)
 
¿Ojos catas? ¿es melón?


DON GASPAR

¡Qué hermoso, negro, rasgado!
¡qué risueño! ¡qué alentado!
No tiene comparación
    el sol con él.

DOÑA JERÓNIMA

Pois catai 1140
estoutro.


DON GASPAR

Entre dos hermanos
tan bellos, y en tales manos,
me pierda yo.


DOÑA JERÓNIMA

Pois olhai...
    mas naon, que é meu irmaon aquelle.
Martinha, entremos em casa. 1145


DON GASPAR

¿Vuestro hermano?


DOÑA JERÓNIMA

Olhai; lá passa.


DON GASPAR

¿El dotor?


DOÑA JERÓNIMA

Meu irmaon é elle.


DON GASPAR

¡Hay tal cosa!


DOÑA JERÓNIMA

Cavalleiro,
se naon cuidais d'outra boda,
mostro-vos a cara toda. 1150
Olhai, que muito vos queiro.
 
(Descúbrese toda la cara y vase.)

DON GASPAR

Cara con tal circunstancia,
de mi amor es piedra imán.


TELLO

(A QUITERIA.)
 
¿Vaste?


QUITERIA

A ruar.
 
(Vase.)

TELLO

¿A Ruan?
Ésos son pueblos en Francia. 1155

DON GASPAR, TELLO.


DON GASPAR

Tello, esta mujer me ha muerto.
Desde el punto que la vi
tapada, el alma la di,
y ya que se ha descubierto,
    mil almas tener quisiera 1160
que ofrecerle cada día.


TELLO

Pues de nuestra Estefanía,
¿qué has de hacer?


DON GASPAR

Echarla fuera.


TELLO

¿Y de doña Micaela?


DON GASPAR

Desterrarla por tirana. 1165


TELLO

¿Y de nuestra sevillana?


DON GASPAR

Ni la vi, ni me desvela.


TELLO

¿Y estotra?


DON GASPAR

Triunfa imperiosa.
Es serafín, no es mujer.


TELLO

Luego, ¿habremos menester 1170
desde hoy al dotor Barbosa?


DON GASPAR

A darle quejas venía;
mas ya gracias le daré
por la hermana en quien mudé
memorias de Estefanía. 1175
    ¿Hay tal mano, rostro tal,
tal lengua, tanto donaire?
Todo lo demás es aire
con damas de Portugal.


TELLO

Del de tus cascos me avisas, 1180
según a todas acudes.
¡Bueno es que en un año mudes
tres mujeres! ¿Son camisas?


DON GASPAR

Ellas ocasión me han dado.


TELLO

Y ¿haste de casar con ésta? 1185


DON GASPAR

¿Qué sé yo? Si es tan honesta
como hermosa...


TELLO

Estás picado;
    duerme primero sobre ello,
y advierta tu ciego amor
que es hermana de un dotor. 1190


DON GASPAR

Mejor dirás ángel, Tello.

Salen DOÑA JERÓNIMA, de doctor,
y DON RODRIGO.
-DON GASPAR, TELLO.

  

DOÑA JERÓNIMA

(A DON RODRIGO.)
 
También es enfermedad
el amor, y aunque es afeto
del alma, cuyo sujeto
es, señor, la voluntad, 1195
    como obra por instrumentos
corporales, y es pasión
que asiste en el corazón,
suelen los medicamentos
    hallar cura en la experiencia; 1200
que el alma espiritüal,
presa en el campo mortal,
obra siempre a su presencia.
  (Tómale el pulso.)
El pulso tenéis amante;
si Erasistrato viviera, 1205
fácilmente os conociera;
mas si el mal fuese adelante,
    medios refrigerativos
habrá que este daño aplaquen,
sangrías que el fuego saquen, 1210
y antídotos curativos.


DON RODRIGO

En la pasión que me abrasa
guardad silencio, dotor.

DOÑA JERÓNIMA

El médico y confesor
son mudos.-¡Junto a mi casa 1215
    tal bien, señor don Gaspar!
 
(Llegándose a él.)
 
Téngase por venturosa.
¿Qué mandáis?


DON GASPAR

Dotor Barbosa...


TELLO

(Aparte.)
 
Barbosa, mas sin barbar.


DON GASPAR

De vos sólo mi esperanza, 1220
mi vida y mi amor se fía.


DOÑA JERÓNIMA

Eso a doña Estefanía.


DON GASPAR

(Hablando aparte con TELLO.)
 
No he visto tal semejanza.


TELLO

Si son hermanos, ¿qué mucho?


DOÑA JERÓNIMA

Mataréisla si este mes 1225
la habláis; tiempo habrá después.


DON GASPAR

Tengo que hablaros.


DOÑA JERÓNIMA

Ya escucho.


DON GASPAR

Pero imposibles intento;
que os tengo por enemigo.
¿Tiene también don Rodrigo 1230
qué le curéis?


DON RODRIGO

No me siento
    bien dispuesto de hoy acá.


DON GASPAR

La peste pone temor.


DON RODRIGO

(Aparte.)
 
-¿Qué peste como el amor?-


DON GASPAR

¿Vais a casa?

DOÑA JERÓNIMA

Voy allá. 1235


DON GASPAR

¡Qué dello os he menester!


DOÑA JERÓNIMA

La Estefanía os apura.


DON GASPAR

No, dotor, mi muerte y cura
tenéis en casa.


DOÑA JERÓNIMA

A entender
    os dad.


DON GASPAR

Son ansias secretas. 1240


TELLO

Deben de ser almorranas.


DOÑA JERÓNIMA

Drogas enfermas y sanas
tiene mi ciencia en recetas.
Mirad que me habéis de honrar
los dos en mi oposición, 1245
porque me va la opinión.


DON RODRIGO

Pues, ¿eso habéis de dudar?


DOÑA JERÓNIMA

Venid.


DON GASPAR

(Aparte.)
 
¡Notables sucesos!


TELLO

Sepa, señor dotor tilde,
que en la parte más humilde 1250
me matan nueve diviesos.


DOÑA JERÓNIMA

Pues luego al punto se sangre.


TELLO

Son postemas.


DOÑA JERÓNIMA

Sospechosas.
Echaos luego cien ventosas,
sacaos veinte onzas de sangre. 1255


TELLO

Ésas, ¿son onzas, o tigres?
¡Veinte! ¡y cien ventosas!


DOÑA JERÓNIMA

Sí.


TELLO

¿Soy yo buey?


DON GASPAR

Tello, hazlo ansí,
si quieres que no peligres.


TELLO

¡Cuerpo de Dios! ¡veinte y ciento! 1260
No habrá, recetas barbosas,
viento para cien ventosas
en cien molinos de viento.