Diario Oficial de El Salvador/Tomo 36/Número 100
Sección Oficial
editarPoder Ejecutivo
editarMinisterio General
editarQue ha estallado un movimiento sedicioso en la ciudad de Santa Ana y que para reprimir aquel desorden y volver la tranquilidad al país, castigando severamente á sus autores y cómplices, se hace indispensable que el Gobierno tenga todas las facultades que la Constitución le otorga en tales circunstancias—, de conformidad con la facultad 16ª del artículo 91 de la Constitución de la República y artículo 4º de la Ley de Estado de Sitio,
Art. 1º—Declárase la República en estado de sitio.
Art. 2º—En consecuencia, quedan sujetos á las autoridades y procedimientos militares todos los delitos de traición, rebelión y sedición y los que se cometan contra la paz y soberanía del Estado y contra el Derecho de Gentes.
Art. 3º—El presente decreto comenzará á surtir efectos desde la fecha de su publicación.
Dado en el Palacio del Ejecutivo: San Salvador, á los veintinueve días del mes de abril de mil ochocientos noventa y cuatro.
Carlos Ezeta.
Guerra y Marina,
Domingo Jiménez.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Gracia y Justicia, |
blica y Beneficencia,
Esteban Castro.
El Subsecretario de Hacienda y Fo- mento, encargado del despacho, |
Sección Editorial
editarProclama
editarUn movimiento sedicioso acaba de estallar en la ciudad de Santa Ana, que, aunque aislado y sin elementos para extenderse, revela bien á las claras que los enemigos del a patria no descansan en su ingrata tarea de procurar ensangrentar el país y arrebatarle todos los beneficios de la paz, de que hasta ahora ha disfrutado.
Una mano aleve, enemiga eterna de nuestra autonomía, ha dado impulso á un puñado de rebeldes, que bien pronto serán terriblemente escarmentados, porque no otra cosa merecen los malvados que intentan acarrear s obre este país las desgracias de una guerra civil.
¡Salvadoreños!. No necesito más que un pequeño esfuerzo de vuestro patriotismo para aniquilar á los perturbadores del orden, y probar una vez más que la autonomía é independencia que El Salvador ha conquistado con tantos sacrificios, son ya indestructibles, porque el brillante ejército que las sostiene y el pueblo todo derramarán hasta la última gota de sangre en defensa de tan preciosa conquista, si fuere necesario.
Por lo demás, descansad tranquilos en que vuestro Jefe sabrá en todo caso cumplir con su deber y acabar para siempre con toda causa de desorden y anarquía.