Compendio de Literatura Argentina: 30

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


FÉLIX FRIAS

Nació en Buenos Aires el año 1816.

Siendo estudiante de derecho tuvo que cortar su carrera: su odio á la tiranía lo arrancó del aula indicándole el destierro.

Acompañó á Lavalle como secretario durante la famosa campana de 1838-1841, pasando á Bolivia cuando aquella terminó, y poco después á Chile, donde redactó «El Mercurio» y publicó diversos folletos. Poco después pasó á Europa, donde residió más de seis años. Reempatriado, fué sucesivamente, redactor de «La Religión» fundador de «El Orden» convencional de la provincia de Buenos Aires, y senador y diputado al Congreso Nacional, del que fué elegido presidente en 1878.

Pero el rastro brillante de su existencia laboriosa y fecunda, está en sus obras y en sus discursos.

Católico sincero, refleja en ellos la fé de su alma, que fué el sello característico de toda su vida. Son de esta índole casi todos sus trabajos, entre los que se distinguen El Cristianismo Católico, La Santificación del Domingo, El derecho de Patronato y varios otros, que son réplica vivaz y erudita de los ataques del racionalismo y positivismo á la doctrina conservadora.

Son también numerosos sus estudios políticos. La República Argentina es el primero de ellos, al que siguió de cerca la gloria del tirano Rosas, el más celebrado de sus panfletos.

Su oratoria se inicia con un triunfo y su Juicio de Rosas, discurso pronunciado en 1857, en la cámara de diputados, causó admiración.

Su discurso en la convención Revisora de la Constitución Nacional, en 1886, es notable, por las francas declaraciones de sus sentimientos, encerradas en frases como esta: «No son libres, sino los pueblos educados por la religión para la libertad».

Su entusiasmo por la autonomía de Buenos Aires, le inspiró otro triunfo, al que siguió poco después su notable disertación sobre la libertad de enseñanza.

Como escritor tiene también trabajos de importancia, ya histórica, cuando en páginas sencillas y conmovedoras describe la Ultima enfermedad y muerte del general San Martín; ya política, en Un gobernador revolucionario; ya filantrópica, en Las ruinas de Mendoza; ya filosófica, para Enterrar á los muertos.

Frías fué escritor y orador por naturaleza, y sus trabajos en uno y otro campo fueron irrefutables por la fuerza de los argumentos y la convicción sincera de sus creencias. En los primeros es clásico, aunque un poco afrancesado: en los segundos, mezclaba á la energía de la tribuna política la unción de la cátedra sagrada, haciendo que su elocuencia fuera elevadada, porque la fuerza de su argumentación eran la razón y el derecho.