​El Museo universal​ (1868)
Carlos Dickens
 de Ventura Ruiz Aguilera

Nota: Se ha conservado la ortografía original.

De la serie:

BIOGRAFIA.

CARLOS DICKENS.

En el lugar correspondiente de El Museo de hoy verán nuestros lectores el retrato del célebre Cárlos Dickens, uno de los primeros novelistas de costumbres del siglo actual. Sus obras han dado la vuelta al mundo y gozan el privilegio de interesar á toda clase de personas, señaladamente por sus buenas tendencias morales, la verdad de sus pe sonajes y un estilo que une á la sencillez propia de sus narraciones, en su mayor parte familiares, la delicadeza mas esquisita. Todas sus producciones obtienen un éxito estraordinario; y hoy mismo nos anuncian los periódicos estranjeros" que el gran novelista está sacando de sus lecturas publicas en los Estados-Unidos, cuantiosos productos. No hay noche—dicen—que no expenda 2,000 billetes, á dos duros cada uno.

Cárlos Dickens, hijo de Juan, pagador de marina, nació en Portsmouth en 1812. Después de la guerra, su padre dejó el servicio y con una corta pensión fué á Lóndres como redactor parlamentario de, un diario. Su hijo Cárlos fué colocado de escribiente en el estudio de un abogado; pero sus inclinaciones literarias lo indujeron después á solicitar una colocación de redactor del Morning Chronicle, que entonces se hallaba en el apogeo de su fama, bajo la dirección de Juan Black.

Notando éste el fácil ingenio del novel redactor, le asignó el puesto de crítico de uno de los teatros de Londres, donde en efecto no tardó en desplegar las facultades que para la crítica y la sátira le habia dotado el cielo, al nacer, con larga mano, publicando una serie de artículos en dicho diario, bajo el título de Reseñas sobre la vida y el carácter inglés, que después, de 1830 á 1837, aparecieron coleccionados sólo como Reseñas por Boz.

Casi simultáneamente con dichos artículos apareció una ópera cómica de su pluma, titulada Las coquetas de la aldea. La gráfica facultad de describir las escenas ordinarias de la vida común, mayormente por su lado ridículo, no se escapó á la fina observación de los señores Chapman y Hall, quienes le rogaron escribiese un cuento ó novela, para distribuirse par entregas mensuales; y el resultado fue la publicación de las Memorias postumas del club Pickwick Trató «Boz» el asunto de una manera tan fácil, gráfica y natural, y con tales rasgos de verdadero chiste, que el autor se halló levantado en el concepto público, casi de un sólo paso, al rango mas eminente entre los novelistas de la época. Ilustrados al principio por el lápiz de Seymour y posteriormente por el de Hablot K. Browne, tuvieron una salida inmensa Los papeles de Pickwick, y en 1838 se reveló al mundo el nombre del autor.

Visto el buen éxito de Pickwick, naturalmente varios editores en Lóndres se apresuraron á hacer ofertas á Dickens; de lo cual resultó un contrato entre él y Bentley, quien aseguró sus servicios para redactar su Miscelánea, en el segundo número de la cual apareció en febrero de 1837 la primera entrega de Oliverio Twist. Este cuento, que se publicó completo en tres tomos, en 1838, revela al lector algunos secretos de la vida que con harta frecuencia llevan los acogidos á los hospicios, lo mismo que las madriguera; del vicio y todo género de villanías, por desgracia abundantes en Londres y en las demás poblaciones grandes. Admirablemente ilustrado por el lápiz de Jorge Cruikshank, Oliverio Twist llegó á ser uno de Tos libros mas interesantes para todo lector inglés, y todavía se considera como la mas feliz de las producciones del autor.

Entretanto, apareció Nicholas Mckleby, por entregas de á schelín cada una, en la misma forma que Pickwick, inmediatamente después de la terminación de esta obra. Se escribió Nickelby para exponer en detalle las crueldades que se cometían, y mucho es de temer que aun se cometan, con los huérfanos y otros niños abandonados de la clase media, en las escuelas baratas de Inglaterra, especialmente eu algunas de los condados al Norte de Londres. De todos modos, Dickens, en un prefacio que puso al frente de dicha obra, afirma que las revelaciones que contenia, se fundaban en hechos de que 61 mismo podía dar testimonio, habiéndolos observado en una visita de inspección á una escuela de las campiñas de Yorkshire.

EL CÉLEBRE NOVELISTA INGLÉS CARLOS DICKENS.

En 1840, Dickens empezó la publicación de un cuento, ó mas bien serie de cuentos, por entregas semanales. Se publicaron bajo el título de El reloj del señorito Humphrey, y contenia, entre otros cuentos, los que después se han reimpreso bajo distinta forma, bajo los nombres de La tienda de curiosidades antiguas, célebres por el episodio de Elenita, tan notable por su elocuencia y sencillez y de Barnaby Rudge, historia escrita para ilustrar las orgias desenfrenadas atribuidas al lord Jorge Cordón en 1780.

De allí en adelante no cesó de moverse la hábil pluma de Carlos Dickens. Hácia la época en que se publicaron los cuentos de El reloj del señorito Humphrey, aparecieron las Memorias de José Grimaldi, el célebre payaso, casi la única producción de su pluma en que tuvo que inventar.

Inmediatamente después de la terminación de estas dos obras, Dickens se embarcó para América, con el objeto de recoger los materiales de un libro sobre los hombres y las costumbres de los norte-americanos. Durante su visita, recorrió gran parte de los Estados Unidos, reunió infinidad de datos y apuntes, los cuales dió á luz á su vuelta á Inglaterra, en 1842, en la forma de un grueso volumen que tituló: Notas americanas para general circulación. Este libro causó mucho escozor á los americanos, de tal modo que no faltó quien le replicara con otro que por ironía so tituló: En cambio de las notas americanas.

En 1844, Dickens publicó por entregas su Martin Chuzzlewit; y en el verano del mismo" año viajó por Italia, dando á luz subsecuentemente muchas de sus observaciones sobre ese pais en las columnas de Daily News. Vuelto á Inglaterra, en el curso de 1845, sugirió la fundación de un diario barato, que debía abogar con energía por la extension de las ideas liberales y la educación secular en el pais, y combatir fuera contra los poderes despóticos y arbitrarios. Habiendo organizado una redacción vasta y completa, y llamado en su auxilio á los principales escritores de la época, empezó la publicación del Daily News el primero de enero de 1846, haciendo él de editor y contribuyen do á su amenidad, como ya hemos mencionado, con sus bosquejos del mediodia de Europa, bajo el calificativo de Cuadros de Italia, que en adelante se reimprimieron en forma de libro.

Al cabo de unos cuantos meses, sin embargo, Dickens se separó de la redacción del Daily News, y volvió á ocuparse de la composición de historietas chistosas, variando las entregas mensuales, con la publicación de cuentos de carácter mas ligero y fantásticos, que tituló Libros pascuales. El primero de estos, Un villancico, apareció en 1813; el segundo, Las Gamas, se publicó en las pascuas de 1845; el tercero, El Grillo en el Hogar, siguióse en 1846; el cuarto, La batalla de la Vida, en el mismo año; el quinto, en fin, El hombre acosado y el contrato con el Espíritu, en 1848.

Fuera de estos, Dickens ha publicado las novelas de costumbres Dombey é hijo, de 1847 á 1848; Historia de David Copperfield, de 1849 á 1850; La pequeña Dorritt, en 1866, como también Un cuento acerca de dos ciudades, El viajero «o comerciante, Tiempos malos y Grandes presentimientos, que vieron primero la luz pública en el periódico semanal Todo el año.

En 1850, Dickens empeló la publicación de un periódico semanal titulado Household words, es decir, Palabras domesticas, que dirigió por varios años seguidos, pero habiendo reñido con los editores, terminó su publicación en 1859, y empezó la de otro bajo el mismo plan y forma, que tituló, All the year round, ó lo que es lo mismo, Todo el año, que aun ve la luz pública bajo su dirección. En 1864, el infatigable novelista empezó á publicar por entregas otra obra de imaginación y con grabados titulada, Nuestro mutuo amigo.

Dickens se ha distinguido también mucho como actor aficionado, y ha sido uno de los fundadores de El Gremio de Literatura y Arte, como asimismo un activo promotor del fondo de la Biblioteca real. El carácter de sus escritos es eminentemente satírico, sin tocar nunca en la mordacidad, ni descender al chiste vulgar y chocarrero.