Cancionero (Petrarca)/Suerte y Amor me habían concedido
Suerte y Amor me habían concedido
de seda y oro un guante recamado,
y a la cima del bien casi era alzado
pensando de quién funda había sido.
Nunca a la mente luego el día he traído,
aquel que me dio rico y pobre estado,
que no de ira y dolor me haya abrasado,
y en vergüenza amorosa consumido;
pues no retuve el guante soberano,
ni fui constante ante la hermosa gala
y fuerza de aquel ángel sobrehumano;
o no escapé poniendo a los pies ala,
por vengarme a lo menos de la mano,
por la que tanto llanto se acaudala.