Cancionero (Petrarca)/Esa, por quien troqué por Sorga Arno
Esa, por quien troqué por Sorga Arno,
por pobre libertad sierva riqueza,
áspera convirtió aquella terneza
por la que ayer viví y hoy me descarno.
Y en vano muchas veces hoy reencarno
para el siglo que venga su belleza,
pintándosela a aquel que busca alteza,
pues nunca con mi estilo el gesto encarno.
Las partes, que jamás otra tuviera
y aquí del cielo fueron estandarte,
una o dos rascuñarlas me atreviera;
pero, en llegando a la divina parte,
que breve y claro sol al mundo era,
falta osadía allí, e ingenio y arte.