Cancionero (Petrarca)/De aquella maravilla alta y distinta
De aquella maravilla alta y distinta
que el siglo vio, y estar en él no quiso,
y luego dio regreso al paraíso
corona al fin de la estrellada quinta,
Amor, soltándole a mi lengua cinta,
quiere que al que no vio dé fiel aviso,
y luego en vano pone en compromiso
tiempo, papel, ingenio, pluma y tinta.
Jamás a tanto bien se alza la rima:
yo lo conozco, y a probarlo llego
a aquel que aquí de amor hable o escriba.
Quien es discreto, enmudecer estima,
pues todo estilo vence, y dice luego:
«Feliz de aquel que pudo verla viva».