Cancionero (Petrarca)/Cándida cierva vi sobre la hierba
Cándida cierva vi sobre la hierba
aparecer con dos cuernos de oro,
bajo un laurel que le sirvió de foro,
saliendo el sol, en la estación acerba.
Tan alta era la vista de la cierva,
que todo lo dejé, porque la adoro,
como el avaro que al buscar tesoro
su deleitoso afán siempre conserva.
«Nadie me toque», sobre el cuello había
escrito de diamante y de topacio,
«que así mi libertad mi César fragua».
Ya había el sol pasado el mediodía;
cuando al mirar con ojos que no sacio,
al irse ella de allí, caí en el agua.