Cancionero (Petrarca)/Bien sabía yo que el natural consejo
Bien sabía yo que el natural consejo
de nada vale, Amor, contra tu arte;
que al enredarme tanto y escucharte,
tanto he probado cuanto a ti es anejo.
Pero me dejas nueva vez perplejo
(lo digo como aquel que tomó parte
y allá por Elba y Giglio en mar aparte
sintió la fuerza de tu canto viejo),
porque tu mano huía y por camino,
que entre olas, y entre viento y cielo bulle,
andaba insospechado y peregrino;
cuando llegaste a aquel que te rehuye,
para darle a entender que en su destino
ni acierta quien va a ti, ni quien te huye.