Alma cándida
El alma limpia es gota de una agua luminosa
que en cálices de rosas halla inviolada cuna.
Yo sé de un alma de esas: era un claro de luna
temblando en el rocío que lloraba una rosa.
Pero una mañanita de cálidos fulgores
volvió de nuevo al cielo la limpia gota aquella,
que bien fuera por clara la hermana de una estrella,
o bien por leve fuera la hermana de las flores.
No hay que buscarla ahora por reinos de dolores,
el alma limpia es gota de una agua milagrosa,
que si bien se evapora, vuelve en formas mejores
a iluminar el sueño de nieve de otras rosas.