(El acompañamiento se dirije a la puerta de la capilla, y se forma a los lados en dos filas. Alfredo conduce a Berta de la mano. -Ábrese la puerta, y se levanta de repente la sombra de Jorje: los separa, y los arroja con fuerza a uno y otro lado.)


LA SOMBRA.- ¡Deteneos, sacrílegos!

ALFREDO.- BERTA.- ¡Ah!

LA SOMBRA.- ¿No veis el mar de sangre que media entre vosotros?

(...Berta cae sin sentido en brazos de las damas: Alfredo de rodillas, cubriéndose el rostro con las manos. El Griego, que ha quedado en primer término, también se lo cubre. Los demás manifiestan no ver nada.- Todo instantáneo).