4.ª editar

ALFREDO.

¿No es por ventura un canto profético?... Es el nombre de mi padre..., es su destino..., ¡Ricardo! ¡Ricardo!, ¡padre mío! Sí, ya puedes despertar..., ya se prepara mi brazo para rasgar ese velo que te oculta..., ya se lanza Alfredo, ansiando morir o romper las cadenas que te oprimen... ¡Despierta! ¡Su espada sabrá conseguir la venganza y la victoria!