ALFREDO, ROBERTO.


ROBERTO.- ¡Señor!, ¡señor!

ALFREDO.- ¿Quién es, Roberto?

ROBERTO.- ¿Quién, Señor?

ALFREDO.- ¿No lo has oído?, ¿no lo has escuchado?... ¿Quién es?

ROBERTO.- ¿El que cantaba? -Es un peregrino que se ha presentado a la puerta del castillo pidiendo una limosna. Su aspecto, su harpa, descubrían un trovador. Ánjela le exijió que cantara algún romance, y él...

ALFREDO.- Vuela, Roberto..., vuela..., que no parta..., hazle venir a mi presencia..., ¡al momento!..., ¡al momento!