A Lelio: Gobierno moral/12
Lee este soneto a una hermosura que murió de repente con un reloj en la mano
Ese volante, que continua espía es siempre en lo viviente presuroso en Nise, que murió de lo dichoso, aviso quiso ser, y fue porfía. No muere, no, reloj de tu armonía, la que vivió lo breve de lo hermoso, tú señalas no más de lo forzoso, y un mérito apresura más que un día. Si en frágil duración de los instantes tiene su mayor priesa en lo que dura, ¿cómo tu oficio de morir ignoras? sin ejercicio mueves tus volantes, que a quien le dan por vida una hermosura es perezosa edad la de tus horas.