No imites a tu amigo Lauro, cuya rebeldía mereció este soneto


 ¿No escuchas con tu ingenio aquella fría    
 fuente, Lauro, que hermoso se dilata?    
 ¿Ves cómo vuela, pájaro de plata?    
 Sagrada es, a mi ver, filosofía.    
 

 Líquida erudición tanta armonía   
 tu estudio sea, pues tu ser retrata;    
 una onda a otra onda la desata:    
 así impele el un día a el otro día.    
 

 Mas si de avisos no te persüades,    
 y te ofende escuchada, no tenida,  
 la culpa de tus locas vanidades,    
 

 bien de avisarte temerá mi vida;    
 que es siempre lo que informan las verdades    
 una salud muy mal agradecida.