Juicios de Napoleón
de Anónimo
Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

SANTINI. [1]


En un momento de abandono confió a Cypriani su compatriota, que tenia el proyecto, con la ayuda de su fusil, de matar al gobernador y despacharse él mismo en seguida. Todo, él decía, es para librar a la tierra de un monstruo. Cypriani que conocía el carácter de su compatriota, dio parte a las otras personas del servicio, y todos se reunieron para predicar a Santini; pero su elocuencia lejos de calmarlo no parecía sino irritarlo. Entonces ellos tomaron el partido de descubrirlo todo a Napoleón, que sobre la marcha lo hizo llamarle a su presencia: "como, salteador, querías matar al gobernador! miserable! que te vengan semejantes ideas a la cabeza y verás conmigo, tu verás como te trato" y dirigiéndose a sus compañeros de destierro dijo: "señores aquí tenéis a Santini que quería matar al gobernador. Este chusco iba a jugarnos una buena! Me ha sido necesaria toda mi autoridad, toda mi cólera para contenerlo.... Ved el escándalo que iba a causar. De modo que yo habría pasado por el matador, el asesino del gobernador." Y en efecto hubiera sido muy difícil quitar tal pensamiento de la cabeza de muchas gentes!... L. C.


  1. Santini, ujier antiguamente de Napoleón, y a quien su extremo rendimiento había conducido hasta seguir a Napoleón a Santa Helena, decía él, bajo cualquier pretexto que fuese es Córcega. Debió su exaltación en la circunstancia de que se trata aquí á los ultrajes que veía prodigar a Napoleón. Agriado de ver deteriorarse su salud, poseído él mismo por una negra melancolía, hacía algún tiempo el servicio del interior y bajo pretexto de procurar algunas aves para el desayuno del emperador no se ocupaba sino de la caza. (Nota de Mr. de Las Casas.)