Victorioso vuelve el Cid

Nota: Esta transcripción respeta la ortografía original de la época.


LXVII


V

ictorioso vuelve el Cid

á San Pedro de Cardeña
de las guerras que ha tenido
con los moros de Valencia.
Las trompetas van sonando
por dar aviso que llega,
y entre todos se señala
el relincho de Babieca.
El abad y monjes salen
á recibirlo á la puerta,
dando alabanzas á Dios
y al Cid mil enhorabuenas.
Apeóse del caballo,
y antes de entrar en la iglesia
tomó el pendón en sus manos
y dice de esta manera:
—Salí de ti, templo santo,
desterrado de mi tierra;
mas ya vuelvo á visitarte
acogido en las ajenas.

Desterróme el rey Alfonso
porque allá en Santa Gadea
le tomé el su juramento
con más rigor que él quisiera.
Las leyes eran del pueblo,
que no excedí un punto d’ellas,
pues como leal vasallo
saqué á mi rey de sospecha.
¡Oh envidiosos castellanos,
cuán mal pagáis la defensa
que tuvisteis en mi espada
ensanchando vuestra cerca!
Veis aquí os traigo ganado
otro reino y mil fronteras,
que os quiero dar tierras mías
aunque me echáis de las vuestras;
pudiera dárselo á extraños,
mas para cosas tan feas
soy Rodrigo de Vivar,
castellano á las derechas.