Viaje maravilloso del Señor Nic-Nac/XXXVIII
Nic-Nac al lector
Aquí me veo, lector amable ó intransigente, (que alguna de las dos cosas teneis que ser), me veo, digo, en el caso de suprimir una gran parte de mi libro por razones muy aceptables que creo llegan á cien: la primera que no la he escrito; la segunda, que no pienso escribirla por ahora, sino mas tarde; la tercera ahorraros malos ratos con la narracion de mi viaje maravilloso si acaso os ha causado uno ó mas disgustos su lectura; la cuarta originaros un disgusto si acaso os ha proporcionado uno ó mas buenos ratos la lectura de mi viaje maravilloso...... dejando las noventa y seis razones que faltan á cuenta de vuestro buen criterio, si lo teneis, ó si no lo teneis, á cuenta de vuestro criterio malo.
Esta supresion acelera, como debeis comprenderlo, el final de este trabajo. ¿Os alegrais? Me alegro. ¿Lo sentis? Me alegro.
Al comenzar mi narracion, os había prometido iniciaros en los extraños misterios del planeta Marte,—lo he cumplido en parte,—guiaros por las dilatadas llanuras y ásperas montañas de Protobia y de Melania,—lo he cumplido tambien presentandoos cien razones aceptables—y acompañaros en los espléndidos bosques de Nic-Naquia—lo que no he cumplido causa vuestra, pues no os habeis presentado en ellos para que yo os acompañe.