Un testigo de bronce: 5
Capítulo V.
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El Rey y Don Miguel de Osorio.
EL REY. | Igual á vos en nobleza |
OSORIO. | Señor, no os dí concluyentes |
EL REY. | Osorio, bien pueden ser |
Esto del Rey Don Felipe
en la oculta habitacion
entre él y el alcalde Osorio
aquella noche se habló.
y mientras que en la real cámara
en esta conversacion
tan hondamente empeñados
estaban ambos á dos,
en la próxima antesala
Don Juan en calma esperó
á que saliera el alcalde
para optar al mismo honor.
Y no en valde: en el real nombre
á llamarle el juez salió,
y con sereno talante
en la regia habitacion,
delante del mismo juez
altivo Don Juan entró,
y á los pies del Rey postrándose
dijo: me dicen, señor,
que en nombre vuestro me prenden,
y aunque no sé la razon
á daros cuenta de mí
héme aqui pronto, señor.
El Rey, Don Juan, el Alcalde.
EL REY. | Don Juan, Don German de Osorio |
DON JUAN. | Señor, antes de cuidarme |
EL REY. | ¿Negais, pues, que fuísteis vos |
DON JUAN. | Sinceramente |
EL REY. | Segun declaran peritos, |
DON JUAN. | Yo jamás he acudido |
EL Rey. | Anoche á vuestra posada |
DON JUAN. | Puedo probar donde estuve |
EL REY. | Se sabe |
DON JUAN. | Mas fuí despues bien distante |
EL REY. | Dónde. |
DON JUAN. | A la calle |
EL REY | (al alcalde). Que es poco mas ó menos |
OSORIO. | Casi |
DON JUAN. | Y bien pudísteis |
OSORIO. | No era fácil |
EL REY. | Tales |
OSORIO. | Señor, bien pudiera ser, |
DON JUAN. | La enemistad que me tiene, |
OSORIO. | Vos mi acusador ¿de qué? |
DON JUAN. | De lo que á mi me imputásteis. |
OSORIO | (al Rey). Señor, oís? |
DON JUAN. | Es sabido |
EL REY. | Ya veis que os devuelve, Osorio, |
OSORIO. | Señor, para sincerarme |
DON JUAN. | Creo en valde |
EL REY. | Alcalde Osorio, bien dice, |
OSORIO. | En paz de vaya, señor; |
Y asi el alcalde diciendo
del aposento se sale,
dejando al Rey y á Don Juan
bruscamente.—Dispensarle
debeis (dijo Don Felipe)
porque sin juicio le trae
el duelo por su sobrino.
Pero es de los mas sagaces
hombres que existen, Don Juan,
y al fin es fuerza que indague
la verdad; si la sabeis
decidla y será mas fácil
perdonaros, confesando,
que cuando el juez os ataje.
—Señor, llegado á tal punto,
dijo Don Juan, no me cabe
mas deber para cubrirme
de imputacion tan infame,
que el de callar y pedir
pruebas ciertas y legales.
Me acusa, pues que demuestre
su acusacion, ó el ultraje
me satisfaga, que en ello
tan villanamente me hace.