Un grande hombre vengándose como un niño
Durante el sitio de Cartago, cierto caballero del ejército sitiador dio una comida á sus amigos, y en ella les sirvió una gran torta en figura de ciudad, á la que llamó Cartago.
— Ea, amigos, les dijo, saqueemos á Cartago.
Echáronse los convidados sobre la torta, que desapareció en un instante.
Escipion quedó resentido de este hecho insignificante, pero hasta un estremo que parece increible, porque habiendo sido elegido posteriormente censor, privó á aquel valiente soldado de su caballo, cosa de mucho deshonor entre los romanos, diciéndole así:
— Te atreviste á saquear á Cartago antes que yo, y castigo tu atrevimiento de este modo.
Ya no eres caballero.
Hoy dia sucede cabalmente lo contrario, por que en general los caballeros son los que no tienen caballo.