Macedonia, señor, su rey te llama.
Ciñe la invicta y generosa frente,
porque se sepa tu gloriosa fama
del negro ocaso hasta el dorado Oriente;
pues eres de tal tronco feliz rama,
como él serás en gobernar tu gente,
yo por rey te obedezco, y ruego al cielo
que por tal te obedezca todo el suelo.
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