LÓPEZ BALLESTEROS, DON DIEGO.

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Por Pontevedra.


Aunque no se le oye hablar de contribuciones, ninguno se ocupa tanto de ellas; pero es para inventar el mejor medio de cobrarlas pronto y por completo. Como director de rentas estancadas se declaró enemigo de toda idea retrógrada, y hasta estacionaria, poniendo de su parte cuanto pudo para darles un progreso rápido. Después fué director de contribuciones indirectas y para hacerlas efectivas puso en juego los medios más directos. Ahora es director de directas, y estamos seguros de que las cobrará con un método progresivo directo é indirecto.

Es buen empleado, pero no son malos 50,000 reales de sueldo, y la facultad de dar y quitar destinos, ó sea crear y desvanecer fortunas: que es como si dijéramos ser un pequeño Dios en la tierra.

Como diputado ya se infiere lo que puede dar de si: es de los que imitan á Juan Palomo; yo me lo guiso y yo me lo como.

Es hijo del último y honrado ministro de Hacienda de don Fernando VII. Alto, grueso, jovial, y de aspecto agradable, aunque solo tiene indicios de narices y cabello.