Semblanzas: 165
LILLO, DON FRANCISCO DE PAULA.
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Desde el primer año de su diputación tuvo los empleos á pares. En 1847 se participó al Congreso su nombramiento de gobernador general de Extremadura, y el de rector en comisión de la universidad de Granada; y como el proyecto de poner gobernadores en las provincias fracasó entonces, el señor Lillo se agarró á la rectoría en comisión, y según la Guía aun la desempeña en ese concepto. ¡Qué comisión tan duradera!
Hay ocasiones, y esta es una de ellas, en que no comprendemos tanta reproducción de operaciones, tanta repetición de casos de reelección, tanto entrar y salir, y por último tanto manejo. El ministerio Pacheco le nombra gobernador, el de Narváez anula su nombramiento, se le confiere el destino de rector en comisión y sin sueldo, para evitar que se le sujete á reelección, le declara el Congreso sujeto á ella por el empleo de gobernador, es nuevamente elegido por el distrito que representa, jura, toma asiento y en seguida se va á desempeñar gratis la rectoría.
Resulta de todo que el señor Lillo no es útil á los electores, porque no viene á defender en el Congreso los intereses de su distrito, no es útil al gobierno porque no le ayuda con su voto, y no es útil á si mismo, porque está desempeñando un destino sin cobrar sueldo. El mundo por fuera ya lo han visto nuestros lectores; el mundo por dentro es un arcano para nosotros.
Alto, delgado, muy apuesto, alegre de semblante y con un pequeño bigote.