Semblanzas: 148
HURTADO, DON NICOLÁS.
editarJamás hubiéramos creído ver á este señor diputado en la situación en que se encuentra; nunca podíamos pensar que sus ideas sufriesen una metamorfosis tan completa. Cuando llegó de su provincia se mostraba tan liberal que parecía dispuesto á promover grande mejoras, decidido á clamar contra las arbitrariedades, resuelto á negar todo lo que no fuese constitucional. Interpelaba y bullía perteneciendo á los independientes, y hablando de la situación de los pueblos, se expresaba de esta manera:
- «Un deber de conciencia y el cumplimiento de la honrosa confianza de mis comitentes me obligan á levantar la voz. Los pueblos están más que nunca exhaustos de recursos, y se hallan agobiados con las onerosas prestaciones que se les exigen. Ocupémonos de mejorar su aflictiva situación y no de exprimirlas; vengan cuentas, vengan presupuestos, etc., etc.»
Y esto que consta en el Diario de Cortes del 26 de abril de 1847 nos servirá de partida para saber si su conducta posterior ha estado en consonancia con sus palabras.
Se le cree de los más desinteresados, y juzgando por las apariencias, bien merece que se le reconozca esa cualidad. Si todos los diputados pensasen como S. S. no estaría el erario tan apurado. No satisfecho con servir la causa pública en el Congreso tomó un destino en el Ministerio de Hacienda, y lo desempeña sin sueldo, según constan en el decreto de su nombramiento; pero la ocurrencia pareció tan peregrina, que se empañaron todos en no creerlo. ¡Hay tan poca fé humana en estos tiempos! Nosotros fuimos los únicos que lo creímos á pies juntillos, porque jamás podíamos figurarnos que un señor ministro y un señor diputado eludiesen la ley de ese modo, se burlasen del Congreso de esa manera, y faltasen á la verdad tan abiertamente. Pasaba como positivo para nosotros que el señor Hurtado trabajaba gratis en el Ministerio de Hacienda, suponiendo que no andaría tan a hurtadillas para evitar que se le sujetase á reelección; y ahora resulta que cobra 24,000 rs. de sueldo como oficial primero en la sección de asuntos contenciosos en el Ministerio de Hacienda. Dos cosas ha logrado el diputado por Zafra en esa demostrada contradicción, en esa falsedad manifiesta; destruir la sentencia de Santo Tomás, en la que se decía que era más fácil que los borricos volaran, que el que los hombres mintieran, y parodiar una célebre ocurrencia de Danton, el cual aseguró que no le importaba perder su opinión, con tal que se salvase la libertad.
El señor Hurtado lo que quiere es que se salven los 24,000 rs. que está chupando.