FALCES, DON FRANCISCO.

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Por Benavarre, provincia de Huesca.


Catedrático de la universidad de Barcelona, acaso con el encargo de explicar moralidad á la gente de la situación, pues no tiene ningún discípulo, y se pasa bonitamente en Madrid todo el año sin acordarse de su cátedra. La mitad del Congreso se compone de rectores, decanos y catedráticos, y la mayor parte de ellos jamás explican una conferencia. Todo empero, suele tener su compensación y á falta de maestros que enseñen, hay reales órdenes para que compren los cursantes un centenar de libros de texto. Por eso un orador famoso dice que España vendrá á ser el país de las bibliotecas; y el gobierno, que en todo lo que pone mano suele dar las pruebas más positivas de su acierto, exige que los catedráticos no aprueben al discípulo que no haya comprado á peso de oro los libros designados en el plan, en lo cual, si no consulta á la equidad obra por lo menos con la tiranía más espantosa.

Pequeño, moreno y de confusa fisonomía, pero con ojos tan redondos y tan abiertos que parece espantado.