Segunda comedia de la Celestina
de Feliciano de Silva
Coplas de Pedro de Mercado, corrector, en loor de la obra, y en que declara el autor della

Si al tiempo presente memoria dexaron
los que en el passado fueron excelentes,
con hechos y dichos notables, prudentes,
con que la fama que oýmos cobraron;
si tal como aquestos que assí se mostraron
hallamos algún excelente varón,

ni quiere mi pluma ni manda razón
sino que gane lo que ellos ganaron.
Los que en el siglo passado se vieron
famosos por sciencia o por cavallería,
oýmos la fama que resplandecía

aunque no vimos lo que ellos hizieron;
assí que sabemos lo questos valieron,
su grande excelencia y mucho valor,
porque publican su alto loor

los que en escrito sus hechos pusieron.
Por donde esta obra tan maravillosa
no es justo que passe en desimulación,
pues vemos que mana de cada renglón
sentencia excelente y muy provechosa;
ni quiero que sea mi mano espaciosa
en declarar quién fue el inventor
desta tan clara y estraña labor,
tan llena de sciencia quanto es de graciosa.
Si obra se halla de grande primor,

es cosa cierta tener ya por uso

loarlo por ella al que la compuso,
como en pintura loar el pintor.

Mas digo si fuere como éste el autor,
aunque en la obra se loe su sciencia,
su valor tiene tan gran preminencia
que ella por él rescibe el valor.
Pues siendo la obra tan buena por sí,
sin que tuviera autor qual parece,
ella por ella por sí lo meresce

todos loores juzgándola assí.
Assí que mirando resulta de aquí,
que siendo ella tal y tal el autor
de casa y de sabio, que es la mejor
que nunca se vio ni yo jamás vi.
Aqueste excellente tan buen cavallero
a quien de su casta sesmalta el saber,
la sciencia es esmalte del tal rosicler,
la casta el fino oro ques el verdadero.
De casa y linaje de silva eredero,
felice en las obras pues es Feliciano,
al qual yo suplico que mi torpe mano
perdone guiada por seso grossero.
Y mira, lector, con gran diligencia,
no passes liviano por esta gran obra,
pues lo que falta de grande le sobra

assí en el estilo y en buena sentencia;
y allende de ver su grande excelencia,
vieras el refrán complido y entero.
No en botea el saber la lança al guerrero
donde es la nobleza tan llena de sciencia.