Sancho Dávila (Retrato)
D. SANCHO DAVILA.
editarD. Sancho Davila, Castellano de Pavía y de Amberes, Capitán General y Almirante de la Real Armada en Flandes, de la Costa del Reyno de Granada en España, Maestre de Campo General con el Duque de Alba del Exército que allanó á Portugal, y después con el Duque de Gandía del que quedó para defensa del mismo Reyno, nació en la Ciudad de Avila á 21 de Septiembre de 1523. Heredero de la virtud y nobleza de sus padres Antón Blazquez Davila y Doña Ana Daza, siguió en sus primeros años la carrera de las letras, y ordenado de menores, pasó á Roma. La lentitud de los progresos literarios no se compadecía con su general viveza; y así por consejo de un Sabio se resolvió á seguir la milicia. Sobraban ocasiones en que Davila pudiese dar á conocer su valor heredado; pero eligiendo la Alemania, como teatro entonces de las mayores guerras, le vió esta no sin admiración del Cesar y del General Duque de Alba esguazar el rio Alvis con nueve soldados Españoles, atravesadas las espadas en la boca, y á pesar de las balas ganar las barcas necesarias para dilatar el puente que construyó nuestro Exército, consiguiendo por este medio la derrota de los Hereges y la prisión del Duque de Saxonia.
A estos primeros ensayos se siguió en el año de 1550 la victoria contra los Turcos, en donde el Corsario Dragut quedó avergonzado, el Campo vencido, y la Ciudad de África tomada por asalto.
En 15 de Julio de 1561 le nombró el Rey Felipe II Capitán de Infantería, y pasando con el Duque de Alba á Italia, sirvió con aquel valor, que experimentó Nápoles, que estrechó á Roma, y conquistó á Gelbes, hasta el punto de quedar prisionero, aunque poco tiempo, por la sorpresa de la Armada del Turco.
Ajustadas las paces, volvió á España, y después de visitar por orden del Rey los Presidios de Valencia, atajó las correrías de los Moros con la nueva ereccion del Castro de Berni, y de aquí pasó á Castellano de Pavía. Solo la obediencia pudo estrechar á Davila en el breve recinto de unas murallas; pero el Duque de Alba, que conocía de cerca el valor de su brazo, lo traxo luego á Flandes para sosegar las alteraciones que padecía. Levantó Davila en Milán una Compañía de caballos, y creado Capitán de la Guardia de Duque, prendió al Conde de Agamont, persiguió el Exército de los rebeldes hasta Dalen, le deshizo del todo, tomó prisionero á Viliers, y en la batalla de Geminghen fue el primero que hizo cara al Duque Ludovico, señalándose tambien en evitar abrir las exclusas, que iban á inundar la campaña, y rompiendo con el enemigo, le sujetó, y dió al Duque de Alba el mérito de una tan singular victoria.
En su marcha á Frisia escarmentó á los contrarios, arrojándose á nado con otros en el río Groninga, en donde sin embargo del peso de las armas, del agua á los pechos, y de vadear asidos á las colas de los caballos, los siguió, desbarató, y ganó muchas piezas de artillería y una bandera.
En la facción de Tillemont se señaló con el heroísmo de degollar con otros Españoles á mas de tres mil hombres de lo principal del Exército del Príncipe de Orange, obligando á este á levantar el sitio. Siendo Castellano de Amberes socorrió en el ano de 1572, no sin ardides y fuerzas, á Middelbourg, Capital de la Zelanda, y cerrando con el enemigo, que se retiraba á Ramua, ganó esta Plaza, y en su Puerto mas de quatrocimtos baxeles, de los quales armando diez: solos, abrió con ellos camino por en medio de treinta de los contrarios, quemándolos su Capitana, y adquiriendo por esta victoria el sobrenombre de rayo de la guerra. Ganó á Mons, y el socorro de Goes será memorable por aquel célebre esguazo durante la menguante de la luna.
En la llegada de D. Juan de Austria, y la aprobación de la paz de Gante, vino Sancho Davila á España con la gloria de haber despreciado el bastón que le ofrecía la Reyna de Inglaterra en las turbulencias de Escocia, aun quando los servicios de diez años de guerra continua no le habían grangeado la mayor recompensa. Sin embargo el Rey confiaba mucho de la persona de Davila, y para un Español es el superior premio de sus trabajos: asique en 7 de Noviembre de 78 le creó el Rey Capitán General de la Costa de Granada; y aunque se meditaba la guerra de África, se suspendió esta por ocurrir á la pretensión de D. Antonio sobre la Corona de Portugal. En esta guerra, de que fue Maestre de Campo General con el Duque de Alba, fue el primero que desembarcó y acometió á los Portugueses cerca de Lisboa. Conquistó á Villaviciosa, allanó el Reyno, pasó de orden de S. M. á la jornada de Larache; y vuelto á Portugal para la defensa del Reyno con el Duque de Gandía, falleció en Lisboa á 8 de Junio de 1583 de resultas de una coz de caballo que recibió en el muslo, y de que no hizo caso. Se depositó su cuerpo en el Convento de S. Francisco de dicha Ciudad, hasta que su hijo D. Fernando Davila le traxo á la Capilla mayor de S. Juan Bautista de Avila, propio patronato, que es donde yace. Casó en Flandes el año de 1569 con Doña Catalina Gallo, que solo vivió un año, tiempo suficiente para dexarle el referido hijo por digna memoria de las hazañas de un Héroe, que sirvió al Rey, á la Patria y á la Religión con la mayor lealtad y valentía, como heredada de su ilustre ascendiente Blasco Ximenez el Reptador, y con quien los Córdobas, los Bazanes, los Albas, los Requesens, y otros Capitanes podrán ser émulos de su mérito, pero no superiores á su nobleza, á su instrucción, á su valor, ni á sus victorias.