Reflexiones sobre la civilización en la República Argentina/II
CAPITULO II.
Nuestra Inteligencia.
I §.
Si la educacion y su organizacion es una necesidad vital para todos los pueblos que aspiran á la verdadera civilizacion, lo es con especialidad, para los representativos, como el nuestro.
En los paises regidos por este sistema, cualquier ciudadano puede aspirar á los mas elevados puestas de la Republica, y por lo tanto todos deben ser bien educados, para no carecer de la preparacion que los cargos distinguidos exigen para ser bien desempeñados.
Estos principios fundamentales fueron descuidados en los primeros tiempos de nuestra vida como nacion, y la anarquia y desmoralizacion fueron su consecuencia.
Los errores politicos trajeron la tirania y entonces por mas de veinte años esos mismos principios no solo fueron descuidados sinó completamente olvidados.
El Gobierno de Rosas habia dado en tierra con todas las tradiciones soci:ales, y por eso, la educacion pùblica estaba en el grado de abyeccion que todos conocemos.
Los Jesuitas, que procuraron elevarla à su verdadera altura, muy luego fueron el blanco de los ódios del déspota, y expiaron con el destierro, no un crímen, sinó el acto muy digno y lleno de magestuosa nobleza, de no haber profanado los altares del Dios de Paz con el retrato del sangriento Dictador.
Pero al fin sucumbió el poder de Rosas, y luego que la reaccion tuvo lugar, la educacion ha sido y sigue siendo objeto de la atencion de los poderes públicos, aunque separándose á veces, como tendremos ocasion de verlo, del único carril que conduce con seguridad hacia el progreso.
Se han abierto numerosas escuelas, se han creado diferentes empleos relativos al ramo, se han fundado establecimientos de enseñanza superior, no se han omitido gastos, se han hecho sacrificios de todo género para aumentar nuestros medios de educacion.-Todo esto es cierto, es evidente, lo vemos.- Sin embargo; ¿se ha logrado el objeto?-¿Se educa realmente, ó debemos decir lo que refiriéndose a la Universidad de Paris, decia el señor D. Marcos de Girardin:-Nosotros no educamos; instruimos; cultivamos el espiritu mas no el corazon?
Se enseña á leer y escribir, se enseñan las ciencias;-pero¿se enseña en todo la verdad,en todo la virtud, en todo la religion? ¿Se enseña todo esto con la teoria y el ejemplo?
Si nada de esto se hace, si en vez de formarse una juventud virtuosa se forma una juventud sin Dios y sin prójimo; una juventud que no eleva su alma à lo eterno, á lo sobrenatural; envidiosa, rencorosa y vengativa; turbulenta, sin principios sólidos y habituada à la insubordinacion; una ,juventud vana, jactanciosa, llena de presuncion, que todo lo cree saber, que todo lo invierte, que todo lo confunde; que à la licencia llama libertad, á la ley despotismo, à la religion supersticion, a la piedad fanatismo; si esto es asi, se puede pronosticar con fundamento un triste porvenir para la patria. - Sobran los ejemplos en que apoyar tal vaticinio; la historia de todos los siglos nos los ofrecen muy repetidos, y los encontramos hoy mismo con solo estender la vista un paso mas allá de nuestras fronteras.
La Nacion Argentina tan tormentosa en su desarrollo encierra en el fondo de su historia actos que acusan una marcha lenta en su progreso moral, operado à travez de la anarquia primero, y del despotismo despues.
Allà por el año de 1837, á iniciativa del poeta Echeverria, se fundó en esta ciudad una Asociacion político-literaria dedicada á revindicar los derechos sagrados de la Patria, presa ya por entonces de la dominacion de Rosas.
La Asociacion de Mayo, que así se llamaba, aunque estéril en resultados inmediatos à causa de la imposibilidad de accion á que se hallaba condenada la inteligencia en aquella época de tristes recuerdos, preparó lentamente en una elaboracion misteriosa las bases del desarrollo intelectual.
A esa Asociacion perteneció el por todos conceptos digno y benemérito ciudadano D. Marcos Sastre.
Este distinguido educacionista ocupò mas tarde el puesto de Director General de Escuelas con aplauso de propios y estraños, dejando provechosos é imperecederos recuerdos de su competencia y su amor por la enseñanza.
Mientras él desempeftaba este cargo, el Gobierno declaró solemnemente que la profesion de fé católica no era una circunstancia necesaria para ejercer las funciones de Preceptor en las Escuelas del Estado. Esta declaracion ponia la enseñanza pública en via de divorciarse del dogma y de la moral, acabando por contradecirlos si tal fuese el capricho de los maestros, à cuyo arbitrio dejaba asi entregada el Gobierno el alma de los niños.
Don Marcos Sastre penetrado de la verdad de que la escuela sin Dios, es la ruina de las sociedades, prefirió ceder el campo, y renunciò antes de acatar como Director General del Departamento de Escuelas, una disposicion gubernativa deprimente de la Religion Catòlica y contraria à la misma Constitucion en vigencia.
Aqui nos es grato consignar el celo desplegado por el ilustre Señor Canónigo D. Martin Piñero para oponer un fuerte dique á la corriente de las ideas modernas, demostrando con erudicion y ciencia la necesidad absoluta de combatir à todo trance el ateismo práctico en las escuelas, porque de otra suerte es imposible educar á la juventud de una manera sòlida y segun el espíritu de nuestras leyes. Desgraciadamente no se hizo caso de tan saludables consejos.
Estos hechos esterilizaron el progreso iniciado y minaron por su base principal la educacion, rompiendo la unidad que debe ligar á la enseñanza de la escuela con la enseñanza de la familia, y preparó el camino á las ideas subversivas de los verdaderos principios que un Estado Catòlico debe sostener y respetar como la mejor garantia de estabilidad y de órden.
El Gobierno desconoció los preceptos de la Constitucion y olvidó que la educadon moral fortalecida por el espiritu religioso es la primera necesidad de los pueblos, y que la mision de la escuela no puede ni debe limitarse á la enseñanza de las materias que para cultivo de la inteligencia determinen los programas, sinó que allí deben nutrirse los tiernos corazones de los educandos con los salvadores principios de la Religion.
Se olvidó entonces que romper toda ligazon entre la Iglesia y la Escuela, por càlculo ó por ignorancia, es querer arrancar de raiz las costumbres nacionales, perjudicando la fè del pueblo, los fundamentos de la familia y de la. vida comunal.
No nos es posible pasar en silencio á los padres de la Compañia de Jesús. -- Todos sabemos lo que han hecho por nuestro adelanto moral y material; sin embargo ellos, como D. Marcos Sastre han sido objeto de recriminaciones injustas entre nosotros, donde aun no ha llegado para ellos la posteridad justa, la posteridad sensata, la que retribuye con imparcialidad y firmeza à sus servidores del pasado, la justicia que se debe al mérito, á la abnegacion y al sacrificio.
En los Jesuitas mas que en ninguna otra institucion se ha determinado la ciencia Divina con la ciencia humana; ellos han sido en el mundo entero, al mismo tiempo que propagadores de la fé, propagadores de las ciencias, servidores de Cristo y de la humanidad, hombres del presente y del porvenir, atletas del saber y elementos fecundos del progreso bien entendido.
Ellos practican lo que D. Marcos Sastre aleccionado por la experiencia dijo.
«Para que el institutor pueda dirijir con acierto la educacion de la juventud debe estar penetrado de que no siendo el fin del hombre los goces terrenos, sinó dirigirse à la felicidad eterna por la práctica del bien, por la observancia de la Ley Suprema de amor à Dios y al prójimo, el objeto de la educacion debe ser colocar á cada individuo en la mejor aptitud posibie de ser útil á la Sociedad y à si mismo, cumpliendo su elevado destino de marchar à una vida inmortal por el sendero de la virtud.» «A la religion pues, corresponde vivificar à los pueblos. Serán justos delante de Dios si aman à los hombre, y poderosos enire los hombres si aman à Dios. El amor, esa caridad prescrita por el Evangelio, es una felicidad para este mundo y para la eternidad. Por medio del amor à Dios y á los hombres gozamos de la virtud, de la paz, y de la libertad en la tierra, y nos uniremos à Dios en el cielo.»
Esos principios requiere la familia; eso queria el reglamento de nuestras escuelas de entonces; de manera que con máximas tan cristianas, no podia ménos de formarse una juventud digna y elevada, capaz de dar à la patria dias de esplendorosa prosperidad.
No es estraño entonces que el estado floreciente de nuestra educacion y el sistema que se empleaba en aquella época, haya despertado el aplauso de Naciones vecinas que en documentos públicos encomiaban en términos honrosos para nosotros, la prosperidad de nuestras escuelas.Inútil nos parece seguir historiando los progresos de la instruccion pùblica desde la época de que nos venimos ocupando hasta nuestros dias. -Bastará reproducir aquí lo que el señor Groussac decia últimamente en el Congreso Pedagogico:
"La primera administracion presidencial de la Republica, habia fundido el metal de la nacionalidad Àrgentina en el fuego de las batallas; ya solidificado é indestructible, pudieron las dos Administraciones siguientes comenzar la obra paciente del cincel, que le diera forma y aplicacion.-La educacion primaria recibió entonces un impulso tan vigoroso, que nos movemos aun en virtud de la velocidad adquirida.
Aunque la escuela primaria no se antepuso talvez bastante al Colegio ò Instituto profesional, puede decirse que desde entonces hay realmente escuelas en las Provincias Argentinas. En 1869, segun datos oficiales, cerca de 80,000 niños argentinos concurrian á las escuelas: en 1876, el numero total alcanzaba á 120,000. En 7 años el aumento era casi de 50 por ciento. En cuanto á la primera cifra, creo que respondia á la inscripcion y no à la asistencia escolar.
Sea como fuera, el resultado obtenido en 1876 era satisfactorio, y fué como una revelacion para los estadístas Americanos y Europeos. Un miembro distinguido del Instituto de Francia partia de su resultado para colocar á este país en el undécimo rango, en la lista educacional de todos los paises civilizados; y no obstante, el patriotismo descontentadizo del señor Calvo, creyó encontrar razones para atribuir à la Republica Argentina, un rango aun superior à paises de tan remota civilizacion como Italia y Grecia."
Completando los datos del Sr. Groussac decía el Sr. Ministro interino de Instruccion Pùblica Dr. D. Victorino de la Plaza, que: 2500 escuelas pùblicas y purticulares de enseñanza primaria de ambos sexos, frecuentadas por 130 000 niños, atestiguan los esfuerzos que la República hace para difundir la enseñanza; pero que esto no es todavia sinò el principio de lo que debemos tener, en proporcion à nuestra poblacion y necesidades.
Para coronar el cuadro que presenta el estado de nuestra enseñanza pùblica, debernos hacer mencion del Congreso Pedagògico que tuvo lugar en el Palacio de la Exposicion Continental.
Ciertamente la idea de reunir ese Congreso fue muy conveniente y meritoria, como decia el Dr. Leguizamon; pero, ¿ha llenado el vacioque se sentia en la educacion y à cuyo objeto fuè convocado, ò por el contrario, ha abierto una ancha herida donde solo habia un rasguño?
Tratándose de aquellos que tienen en sus manos el porvenir de nuestra patria, y el honor de nuestros nombres y familias, era de suponer que el Congreso se compusiese de la parte mas sana é ilustrada de nuestra Sociedad, si es que los maestros que allí debian reunirse eran verdaderos maestros, que comprendiesen lo elevado de su mision y lo sublime de su ministerio; y que pudieran contestar de una manera satisfactoria y conveniente á las preguntas que Platon queria se dirijiesen á los maestros antes de confiarles la juventud:
«¿Quien sois? queria Platon que se les preguntase, ¿De donde venis?¿Sois verdaderamente preceptores? ¿Cualesson vuestros títulos à nuestra confianza? ¿Cual es vuestra vida? ¿Cualesvuestrasobras? ¿Cualhasidovuestrajuventud? ¿Quien os ha formado? ¿Cuales han sido vuestros maestros? ¿Cual es vuestra inteligencia, vuestra sabiduria, vuestra instruccion, vuestra prudencia, vuestra firmeza, vuestro carácter, y sobretodo, vuestra vocacion? ¿Cual es vuestro amor á la juventud y á la infancia? ¿Cual vuestra religiosidad, vuestra fé, vuestra virtud? ¿Sois mejores que nosotros? Debeis serlo porque debeís tener lo que á nosotros nos falta para completar la educacion de nuestros hijos.»
Pero, hemos tenido la desgracia de ver que, salvo raras y honrosas escepciones, ese congreso fué constituido por personalidades que segun las ideas que han vertido respecto á educacion, no hubieran sido por cierto los maestros deseados por el sabio y entendido Platon.
Aquello fué mas bien un Congreso de individuos imbuidos en su mayoría de màximas disolventes, que pretendian dar felicidad á la Patria, precisamente por el medio que la conduce á su ruina inevitable.
Allí se han sostenido con toda la audacia y cinismo ideas que repudiò el mismo Voltaire, el agente infatigable de disolucion y desquicio, el impio por excelencia.
Se ha sostenido que la Religion debe ser apartada de las bancas de la escuela y se ha llegado hasta sostener la conveniencia del establecimiento de escuelas mixtas, que en buena lógica no serian sino nidos de corrupcion y de inmoralidad, por mas que diga lo contrario una maestra de Rio IV.
Estas escuelas mixtas serian el mejor auxiliar de la Venta Suprema que es el Poder Directivo de la Masoneria Universal, que en una circular hace la profesion de fé siguiente:
«Lo que hemos emprendido es la corrupcion en « grande escala. . . . . . La corrupcion que nos « permitirá algun día llevar la Iglesia al sepul- « cro. Nos dicen que para echar abajo al catoli- « cismo seria preciso antes suprimir la mujer. Sea « así: pero no pudiendo suprimirla, corrompámosla. « El fin es bastante hermoso para tentar á hombres « como nosotros. El mejor puñal para herir à la « Iglesia es la corrupcion. Adelante pues, hasta el « fin.» Página:Reflexiones sobre la civilizacion - A. V.pdf/42 No cabe duda que el fin propuesto por los Gobiernos y Sociedades actuales al dar atencion preferente à la educacion del pueblo, es el de hacer que ese mismo pueblo alcance en el porvenir el mayor grado de perfeccion posible y se componga de ciudadanos honestos y laboriosos, que por la practica de la virtud den dias de paz y ventura á la patria, y la defiendan con amor en los casos de peligro.
Esto es óbvio, por que si la educacion tuviere un fin contrario, seria preferible la mas crasa ignorancia y fuera insensatez hacer tan costosos sacrificios para obtener la ruina de las Sociedades.
Por eso dijo bien el Dr. Plaza cuando en su discurso inaugural del Congreso Pedagógico, espusó que: «educar las masas sin rumbo fijo y sin armonía con ese porvenir, seria esterilizar las fuerzas en la vaguedad de la imprevision y de la incoherencia de miras.»
Nosotros como Nacíon jòven aun, debemos guiarnos por la esperiencia ajena y tenemos necesariamente que tomar ejemplo de los pueblos que nos sirven de objetivo.
Pero aquí viene lo grave. Cierto es que calcamos nuestras leyes sobre las de las sociedades mas adelantadas, cuyo actual esplendor nos fascina; cierto es que algunas veces las copiamos al pie de la letra; pero tambien es cierto que muy amenudo nos apropiamos lo que tienen de malo y de imperfecto, abandonando lo bueno que encierran sus leyes y sus Códigos.
Asi por ejemplo; admiramos la grandeza actual de la Alemania y recordamos que toda su reconstruccion es debida á un rasgo de inspiracion y de genio del Rey Federico Guillermo,cuando estando ocupada su capital por un ejército francés despues del desastre de Yena dijo: «Que el Estado supla por fuerzas intelectuales las fuerzas materiales que ha perdido.» Recordamos todo eso y hallando razon en las palabras del sabio Monarca, autorizadas ademas por lo experiencia, queremos imitar esa grandeza y poderío, buscando tambien en la inteligencia la sávia que vivifique à nuestro pueblo.
Queremos mas aun, queremos como la Alemania ser comerciantes, creadores, manufactureros; queremos ser fuertes en la tierra y en los mares; queremos que predomine el espiritu individual y social en la organizacion politica. Sabemos que todo eso ha de formarse en la primera direccion de las escuelas y en el plan de la enseñanza, porque es allí donde la generalidad termina su preparacion intelectual para entrar luego en la lucha del trabajo y de la vida.
Todo esto queremos y sabemos; pero, si bien nos proponemos obtener el fin alcanzado por la Alemania, triste es reconocer que no empleamos ni queremos emplear los mèdios que ella ha puesto en pràctica, y de que no cesa de hacer uso en la actualidad.
La superioridad que esta Nacion ha obtenido sobre la Francia no es debida á otra causa sinò á la educaciún religiosa de sus súbditos. En Alemania no hay escuelas laicas. Allí la enseñanza religiosa es indispensable, es obligatoria, y nosotros que en algo la tomamos para ejemplo, queremos escuelas laicas, queremos desterrar de ellas la religion. ¡Oh contradiccion! Seguimos el ejemplo de la Francia revolucionaria, de la Francia abatida y humillada, de la Francia desquiciada y anarquizada, precisamente por haber seguido las máximas que nosotros pretendemosseguir,imitándola en sus desvaríos y locuras!
¡A que errores y contradicciones no conducen el estravio de las ideas y el ciego orgullo del liberalismo moderno! . . .
La educacion primaria tiene en Prusia éstos tres caracteres: algo de mas libre, de mas general, de mas literario que en Francia. La familia es mas despotizada que en esta última nacion pero lo cierto es, que el pueblo aleman es evidentemente mas instruido que el francés. Por otra parte, esa familia despotizada tiene mas libertad de intervencion y ejerce, bajo este aspecto, mas espontaneidad que la familia francesa independiente.
La razon es, que en Alemania hay mas poder social que en parte alguna. Desde luego, ese poder social interviene directamente y de una manera inviolable en la educacion pùblica que se dà à los niños, suministrando los tres libros fundamentales que le sirven de base. Estos tres libros ella no los escoge; estàn ya escogidos; pero como es de tradicion, los mantiene, y nadie se atreveria à tocarlos sin haberla consultado. Estos tres libros son: La Biblia, el catecismo y los Cánticos Sagrados. De tres siglos á la fecha, estos tres volúmenes estan instalados en las escuelas á nombre de un órden de ideas superiores á las de la filosofia y à las de la política. En el dia mismo, por novadores que se manifiesten algunos espíritus, no se atreven ni atreverán à proponer la ruptura de ese triple yugo. La familia es la que dá à la educacion las ideas morales y religiosas, la norma de la fé y del pensamiento pùblico; la que alimenta en fin, los tres manuales, segun los que se forman el espíritu y el corazon de la juventud, es decir, las Costumbres de la Nacion.»
Los conceptos que acabamos de emitir respecto de la enseñanza en Alemania, se corroboran con lo que algunos diarios de aquel pais refieren del actual Emperador, quien, recorriendo en 1877 las provincias del Oeste de su Imperio, hizo reunir á varios prefectos de los distritos escolares, y á muchos profesores, maestros y educacionistas de aquellas provincias, para recomendarles encarecidamente la importante obligacion que gravitaba sobre ellos de procurar por todos los medios á su alcance no descuidar en sus establecimientos, càtedras y escuelas, la instruccion y enseñanza cristianas.
Al efecto les recordó, que así como en otro tiempo Federico el Grande en su reglamento promulgado en Berlin el 12 de Agosto de 1763 decia que habia creido útil y necesario cimentar el bienestar de su Imperio, constituyendo una instruccion escolar tan razonable como cristiana, y procurar á la niñez y á la juventud con el amor y temor de Dios los conocimientos de las cíencias; del mismo modo creia él, y la experiencia se lo habia enseñado, que la educacion Cristiana y religiosa era la parte mas importante de la enseñanza de la juventud, puesto que de ella dependia que se formáran hombres que en las ciencias como en la probidad de sus costumbres, en la abnegacion y sacrificio de si mismos y de sus intereses, fueran el verdadero ornato y sosten de la Sociedad en que viven. - Que, por el contrario, la educacion anti-cristiana y atea no conducia mas que al desenfreno de todas las pasiones, á los vicios mas degradantes, á todo género de crímenes, y por fin á una càrcel o un patíbulo. Que no era pues estraño que en aquellas sociedades en cuyas escuelas se mira con indiferencia y hasta con desprecio la enseñanza verdaderamente moral y sólida que es la cristiana, se encuentren en gran número, sujetos de costumbres tan depravadas, dados á todos los vicios, llenos de orgullo y de egoismo, corruptores del órden público, y enemigos finalmente de la verdadera paz y prosperidad de los pueblos.
«Así que, deseo vivamente, concluia diciendo aquel recto gobernante, que en todos los establecimientos cientificos de mis Estados, cátedras y escuelas de 1ª y 2ª enseñanza, así de varones como de mujeres, se considere la educacion cristiana como la parte mas importante y la principal de todas las que se refieren a la instruccion de la juventud.»
Los Estados-Unidos de la América del Norte nos sirven a menudo de modelo; pero en muchas materias les hemos copiado lo malo dejando lo bueno que encierran en sus instituciones. Tal sucede en materia de enseñenza; porqúe allí,la mayor parte de las Academias, escribe Jonveaux, estancolocadas bajo el patronato de una Iglesia y en ellas desempeña un gran papel la enseñanza religiosa. Hasta en aquellas en que se admiten alumnos de diferentes comuniones y en que se deja que los Judios celebren el sàbado y los Católicos todas las fiestas de su culto, no es permitido á nadie ser indiferente ò incrèdulo; los protestantes deben ir al Templo una vez cada dia y dos los domingos; el que sin causa fundada cometa tres faltas en cuatro años, es despedido.»
Tal es en la libre y tolerante América la fuerza del sentimiento religioso, que se creeria hacer traicion á los intereses de la Nacion, de la Sociedad y de la familia, si no se basase toda educacion sobre la fé.
De todo lo dicho resulta, que con el sistema de educacion que empleamos, no solo no se ha conseguido ni consiguira el objeto deseado, no solo no seguimos el camino que trillan las Naciones que mayores pruebas dan de su progreso moral y material, sino que educamos al pueblo sin rumbo en el porvenir trazado, y esterilizamos las tuerzas en la vaguedad de la imprevision Y de la incoherencia de miras, preparando dias funestos para la patria.
Nos proponemos estudiar en seguida las preguntas que propusimos sobre si entre nosotros se educa realmente, si se enseña en todo la verdad, la virtud, la religion.
Ya lo hemos dicho muchas veces, no podemos negar que hemos hecho grandes progresos materiales en la educacion comun; pero si aplicamos las reglas que nos ha dado Balmes, para estudiar esos pregresos, encontramos un espantoso retroceso en nuestra educacion moral.
Propender á formar individuos que sean émulos de Juan Jacobo Rousseau y de Voltaire, no es educar al pueblo, es por el contrario encaminarlo hacia la barbarie inteligente, es condenarlo á los males sin cuento que trae consigo el estravio de las ideas y del corazon; es darle una educacion semejante a la de aquellos barbaros que escribieron con sangre de inocentes, en malhadada hora para la Francia y para el mundo: « No tenemos necesidad de oraciones para llevar nuestros muertos al hoyo y nuestras mujeres al amor.»
Esta frase, credo de aquella gente perversa, es demasiado elocuente, no necesita comentarios, porque es el colmo del cinismo y de la depravacion.
Parecerá que exajeramos, pero ese camino llevamos con el sistema de educacion que seguimos actualmente. Los mismos autores de esa propaganda antireligiosa que combatimos, retrocederian espantados si reflexionasen en los resultados que daràn sus doctrinas. Ellos no han pensado ni piensan en ese resultado, porque à pensarlo, no los creemos tan mal intencionados que no modificàran sus opiniones.
Retirar toda idea religiosa de la enseñanza no es educar. No digamos entonces que educamos; digamos que instruimos y detengamonos allí. Y detengamonos, porque una educacion como la que se dà en nuestras escuelas públicas, donde no solamente no se enseña religion sinò que si alguna vez se habla de ella, ó de sus Ministros y ceremonias, es unicamente con cierta sonrisa sarcástica, muy natural en los individuos incrédulos ó indiferentes que por lo general las regentean, no puede producir frutos de moralidad.
El Congreso Pedagógico ha tenido su parte benéfica, en cuanto nos ha hecho conocer la clase de maestros que tienen nuestros hijos. No faltaron en él, individuos caracterizados que blasonasen de la mas orgullosa impiedad y sostuviesen la ninguna necesidad de la enseñanza religiosa.
Aplicad á esos maestros y maestras las reglas que Platon queria les fueran aplicadas, y decidnos despues si son verdaderos maestros,si son dignos de mision tan sublime y de tan delicado ministerio.
No, en nuestras escuelas no se educa, se instruye simplemente y -desde que no se enseña allí la religion, desde que esta no es respetada y acatada, no se enseña tampoco la moral, no se enseña la virtud.
La vida de los pueblos, ha dicho Raumer, Ministro de Instruccion Pública en Austria, requiere una educacion fundada, no sobre teorias, sino sobre realidades inmutables, SOBRE LOS PRINCIPIOS DEL CRISTIANISMO, verdadero sosten de la familia y del Estado."
Sin embargo, no falta entre nosotros quien sostenga, y eso se ha dicho en todos los tonos en el Congreso Pedagógico, que las ideas religiosas se oponen al desarrollo de la inteligencia, porque la fé limita los horizontes del entendimiento bumano.
Si por desarrollo de la inteligencia se entiende la licencia y el desenfreno de pasiones y sentimientos abominables, no dudamos que las ideas religiosas sean contrarias à esa clase de desarrollo intelectual; pero si por inteligencia entendemos aquella noble facultad del hombre, aquel destello luminoso con que la divinidad lo adornò para que
perfeccion; - si eso es la inteligencia, entonces nada mas en pugna con la lógica y el buen sentido que la paradoja que combatimos.
Debemos tener presente que la instruccion del hombre, en cuanto tiende al desarrollo de su inteligencia, debe necesariamente propender á mejorarle y hacer de él un miembro útil á la sociedad. - Esto hace la enseñanza religiosa.
Todo otro sistema que se aparte de esta enseñanza produce desengaños sangrientos, por que barbariza al hombre y á los pueblos, antes que civilizarlos. -
Crear escuelas, dice Girardin, sin enseñanza religiosa, es organizar la barbarie, y la peor de todas las barbaries: no la que precede á la civilizacion y la prepara, sinó la que le sigue y es su decadencia y corrupcion.»
Pero no queremos oponer solamente teorias à los que sostienen que la religion es contraria al desarollo de la inteligencia. Vamos á oponerles hechos prácticos é incontestables.
Nadie nos negara que de Alemania, Inglaterra, Italia, Estados Unidos y de la Francia Católica, (para diferenciarla de la Francia anarquista y revolucionaria,) han salido génios que han asombrado al mundo.-Sin embargo esos génios han salido de la escuelas religiosas, esos génios han sido eminentemente religiosos. -
¿Acaso Bacon, Copernico, Colon, Leibnitz, Cervantes, Newton, Pascal, Kepler, Dante, Descartes, Franklin, Bossuet, Fenelon y muchos otros no creian en Dios y adoraban á Jesu-Cristo? Sin embargo todos ellos han sido sabios de primer orden.-Y en este mismo siglo ¿no cuenta la Fé Cristiana entre sus hijos, mil nombres que la ciencia_ha hecho ilustres? Cauchy, Ampère, los dos Champollion, Biot, Marcelo de Serres, Elías de Beaumont, Cuvier, Blainville, Le-Verrier, el Doctor Sepp, el célebre arqueólogo Rossi, Caumont y otros; y en las mismas filas del sacerdocio, los Cardenales Mai, Mezzofanti y Pitra, el Padre Patrizzi, el Padre Jouvert,el Padre Secchi,Lacordaire, Moigno y tantos otros cuya lista llenaria volúmenes, ofrecen un testimonio de esta verdad probando evidentemente que la Religion, lejos de escluir la Ciencia, la cultiva, la impulsa y la venera, hoy lo mismo que antes.-
No se dira tampoco que Bismark y los otros hombres eminentes de Alemania, así como los encargados de gobernar la Gran República del Norte son unos insensatos Y disparatados; no, porqué esos hombres han llevado sus respectivas naciones hasta el apogeo de la gloria y esplendor.
Sin embargo, esos hombres qua hacen consistir la grandeza de su patria en la fuerza intelectual, guiàndose por las máximas de Federico el grande, esos hombres quieren, y no sólo quieren, sinó que obligan á sus connacionales, a recibir una enseñanza esencialmente religiosa, con esclusion de toda educacion incrédula o indiferente - Recuerdese sinó que un articulo firmado por Bismark declara que: --Los alumnos no podrán salir de las escuelas sinó despues de amaestrados en los principios esenciales del Cristianismo, infligiendo multas á los que dejan de asistir á la instruccion religiosa.
Si esa Alemania tan poderosa, cuna de tantos sábios, que en todas las ciencias nos ofrece hombres distinguidos, no los cultiva sinó en el campo de la religion, aunque opinen lo contrario algunos de los que formaron parte del congreso pedagagico.
Pero si no bastan los hechos que acabamos de presentar agregaremos un documento decisivo que no dà lugar á réplica.
En 1873 se publicó una estadistica sobre el estado Página:Reflexiones sobre la civilizacion - A. V.pdf/52¿Se quiere saber quien ha escrito lo qué antecede? Pues es el inspector del Sena, encargado del servicio de la enseñanza primaria y que tiene bajo su jurisdiccion 328 escuelas elementales; de las que, 202 eran seglares y 126 eclesiàsticas. - M. Bardoux, Ministro de instruccion pùblica, en el Journal Officiel de 15 de Setiembre, ha hecho publicar un largo é interesante informe, dirigido al Presidente de la República, sobre la estadistica de la enseñanza secundaria en 1876. -- Este documento es de una gran ínportancia; opone la elocuencia fria y decisiva de las cifras á las amplificaciones oratorias del odio anti-religioso.
Ese trabajo ejecutado bajo la inmediata inspeccion de M. Bardoux, no puede ser rechazado por los liberales; M. Bardoux les es demasiado afecto para que su imparcialidad pueda ser sospechosa. Pues bien, la demostracion que resulta de este documento es que la enseñanza secundaria, bajo la direccion misma del Estado, no progresará sino lenta y penosamente y à costa de los mayores sacrificios; y esta misma enseñanza peligra en los establecimientos seglares libres; mientras florece en las casas de enseñanza religiosa, cuyo número vá regularmente en aumento y son preferidas por el pueblo en su inmensa mayoria...
¿Se quiere la educacion sin religion? y, ¿quien podrá hablar à un niño de deberes, de abnegacion y de sacrificios en pró de la sociedad y de sus semejantes sin hablarle de Dios, sin buscar fuera de este mundo razones que eleven su corazon, y le infundan valor en las adversidades? ¿Que poder se invocará para sujetar su alma al cumplimiento de esas grandes verdades morales si se prescinde del Ser Supremo?
Y, ¿que enseñanza seria esa donde no se perfeccionase la educacion del corazon, en que se perdiesen en en los individuos y en los pueblos los principios morales y no se aprendiese la virtud, que es la belleza del, alma, la dignidad del hombre y el fortísimo cimiento de las leyes? -- Semejante sistema de educacion seria la rèmora mas funesta de la civilizacion de los pueblos.
Portalis, ese grande hombre de Estado, decia ante: la Asamblea Legislativa de Francia: «No hay iustruccion sin educacion, sin moral y religion. Los profesores y maestros son 'coz que clama en el desie'rto, porql:e han promulgado imprudenteinente que en las escuelas no debe hablarse de religion.» «Es necesario poner la religion como base <le la ednc3.cion.... sin ella las costumbres se corrompen y entonces se levanta de las escuelas un pueblo feroz.» Pero demos nn paso mas:=- iSera por ventura menos necesaria la enseñama religio&a a medi<la que progresan los pueblos? - Tampoco: es mas neeesaria aun. Es Victor Rugo quien lo dice: «La « «
« « «
enseiianza relig:osa es mas necesaria hoy que lo ha sido nUilca. - A medida que el hombre se desarolla, mas debe cree¡·. -- Quiero, pues, si¡¿cerarnente, diré mas, quiero ardientemente la e¡¡seilanzr¿ religiosa,» «Deberian ser arrastrados ante
los Tribunales
« aquellos pa/lres que envian sus h'ij0S á las escue-
« las en cuya puet'ta se lee: -- Aqut' no se enseiin « ·I'eligion. » La enseñanza relio'iosa es en las escuelas del Estado, el mas grande °de lo~ beneficios sociales y la ma.)'or fortuna de un pueblo noble, libre y civili~a<lo, porque solo con la religion los pueblos son <llguos tle la grandeza de espíritu, de la libet'lad y <le la óvilizacion Es tan important8, que la proclaman todos los C'-Jbief'llOs ,le los pajses cultos, y solo han pretenPágina:Reflexiones sobre la civilizacion - A. V.pdf/55 de las sectas. A lo que aspiramos con la publicacion de esta obra dirijida á un pueblo Católico, es á impedir que la impiedad haga camino à la sombra del liberalismo, que con argumentos sin base y vacios de verdad pero que cautivan la vanidad y la ignorancia, minan los cimientos de la sociedad.
Los que procuren mayor instruccion al respecto encontrarán buenos libros en los cuales esa cuestion esta dilucidada, y destruidos victoriosamente todos y cada uno de los argumentos aducidos en contra de la Iglesia Católica, por masones, liberales, protestantes, cismáticos y toda suerte de sectarios.
Trataremos la cuestion unicamente bajo la faz juridico-social.
Sostenemos, y demostraremos en seguida que la Religion Católica es la única que debe enseñarse en las escuelas de la República Argentina.
Esta Nacion que por fortuna y gracia especial del Cielo ha crecido en el regazo maternal de la Iglesia, tiene una carta fundamental de que con razon se enorgullece, y en la cual no solo se declara que la Religion Católica es la del Estado, sinò que aun cuando reconoce la libertad de conciencia y la tolerancia de Cultos, exige que el primer magistrado de la Nacion, pertenezca á la Comunion Católica Apostolica Romana.
Si la religion del Estado es la Católica, y desde que la Iglesia no está separada de este, sinó que por el contrario, forma parte de nuestras instituciones y dirije la Nacion de consuno con el poder Civil, toda tentativa que se haga para sustraer al pueblo á la obediencia de esa Iglesia ó para su plantar à la religion católica con cualquiera otra creencia, es un atentado contra nuestro Código fundamental, es un crimen de lesa Patria. Imperan las leyes Canónicas en la República, luego ellas deben ser respetadas, y el Poder Civil no solo puede, sinó que tiene la obligacion como encargado de velar por el respeto de nuestras instituciones, de impedir que esas leyes sean violadas, escarnecidas ò despreciadas.
No enseñar la Religion Catolica en las escuelas del Estado, so pretesto de que pudieran ofuscarse las conciencias de un reducido número de extranjeros ò nacionales disiden es, es violar la Constitucion, es mas, es humillar á la Nacion entera por agradar á algunos extranjeros que quiza solo de paso ocupan nuestro suelo, sin que tengan ni quieran tener vinculo alguno con nuestro porvenir.
¿Donde dejan en este caso aquella teoria de las mayorias, que tanto invocan cuando les conviene, las falsos liberales cuyas perniciosas doctrinas combatimos?
?Sera posible que tres millones de Católicos Argentinos sean hollados en los sagrados fueros de su conciencia, en la fé augusta de sus mayores, en aquella fe que produjo los héroes de 1810 y dió libertad á medio continente?
Y, para que y por qué? -- Para causarnos daños gravisimos con el pretexto de favorecer á tres ó cuatrocientos, ó tres ó cuatro mil disidentes.
Es esto razonable? - No - Esto es monstruoso, esto repugna al buen sentido; esto es absurdo por no decir altamente criminal.
Como! ¿Se teme desagradar à un grupo de extranjeros disidentes, y no se teme vilipendiar á toda la Nacion? ¿Merece mas consideracion un puñado de disidentes que nuestra ley constitutiva y que la Nacion entera?
Esto no admite discusíon, no se le hallaria circunstancia atenuante, seria la tirania del mal contra el bien, la tirania del capricho contra el derecho, la tirania de unos pocos sobre la casi totalidad. ¿Pero acaso se heririan intereses legitimos de los pocos disidentes, extranjeros ó Argentinos, enseñando la religion Católica en las escuelas?
No por cierto. - Si son extranjeros, ellos sabian antes de venir á nuestras hospitalarias playas que venian á una Nacion esencialmente Catòlica, y no les hacemos la afrenta de suponer que se imajinàran que fuèramos tan insensatos, que siendo Católicos, enseñáramos otra religion en nuestras escuelas públicas.
Luego, si esto sabian, vinieron á nuestro pais aceptando las condiciones en que estaba constituido, consintiendo y sometiendose á todas nuestras leyes, á todas nuestras instituciones, y por lo tanto no se alteran en nada las condiciones del contrato tácito que con nosotros celebraron al venir; no les inferimos agravio alguno y de nada tienen que quejarse.
Pero, tomando la cuestione bajo otra faz: -- ¿Què religion es la que predomina entre los extranjeros residentes en la República? -- Es sin disputa la Catòlica.
¿Y no se teme ofender esa inmensa mayoria de extranjeros catòlicos que talvez no vinieron hácia nosotros sino porque nuestro pais les ofrecia semejanza de raza, de clima, é igualdad de religion á la que practicaban en la patria que dejaron? ¿Cuantos de ellos no habran venido trayendonos su industria, sus capitales, la fuerza de sus brazos y el ejemplo de sus pràcticas piadosas y morales, confiados en que en nuestras escuelas sus hijos serian instruidos en la religion, mientras ellos se entregasen al trabajo?
Esos sí que con justicia y con razon se ofenderian y no tendriamos como justificarnos cuando dijeran: -- Vuestra carta Constititucional establece que la religion del estado es la Catòlica, todas vuestras leyes nos autorizaron à creer que en las escuelas pùblicas nuestros hijos serian instruidos en esa religion que les enseña a amar à Dios y al prójimo, que los hace buenos hijos, buenos padres, buenos ciudadanos, y les traza el camino de la virtud apartándolos de toda ambicion desordenada.
Confiados en esos principios que son los nuestros, hemos venido à fecundar vuestros campos, á ejercitar nuestra industria, á ayudaros à engrandecer vuestra nacionalidad; pero nos habeis engañado, nos habeis herido traidoramente. Envenenais las conciencias de nuestros hijos, educàndolos en el mas espantoso y glacial indiferentismo, vuestra Nacion no es la que creíamos encontrar cuando vinimos atraidos por la simpatia de sus leyes fundamentales con cuya estabilidad contabarnos.--
Sereis responsables de las malas acciones de esa juventud que fornlais en el ateismo, y os negamos el derecho de castigar los crímenes que puedan cometer, puesto que los habeis dirijido vosotros mismos à ese abismo, educandolos fuera de los principios salvadores de la religion.
Eso nos dirà con razon la gran masa de extranjeros que comparte con nosotros la vida del trabajo contrihuyendo al progreso del pais.
Tal es la inconsistencia del argumento que rebatimos, que bajo cualquier punto de vista que lo encaremos, resulta que la religion Catòlica debe ser enseñada en las escuelas, con exclusion de toda otra.
Examinando la cuestion respecto de los disidentes Argentinos, ella no ofrece dificultad alguna; es indudable que son una minoria insignificante que tienen que inclinarse ante la inmensa mayoria y ante la ley fundamental que juraron sostener y defender apesar de que contiene la declaracion esplicita de que la religion Catòlica es la del Estado y de que solo por su calidad de disidentes, les niega el derecho de ser investidos con la primera magistratura de la Nacion.
Si la Constitucion ha querido que el Presidente de la República sea Católico Apóstolico Romano, es necesario cerrar los ojos á la luz para no comprender que esa disposicion la ha inspirado una sábia y profunda política, cual esla de conservar la union que dá la fuerza á las sociedades informadas de un mismo espíritu, é impedir que un protestante, un mahometano ó un judio, vengan à profanar lo que tiene el pueblo Argentino de mas sagrado y respetable.
Los disidentes Argentinos no tienen pues voto en la cuestion, porque ellos son refractarios a nuestra ley patria.
Hè ahí demostrado palmariamente que si el argumento de que la enseñanza religiosa se opone al desarrollo intelectual es una paradoja; no lo es menos el de que no debe enseñarse religion alguna en las eseuelas argentinas.
La religion católica es la de nuestros mayores, á su sombra hemos crecido como pueblo y como individuos; sus santos y salvadores principios deben servir de guia á nuestros hijos, á nuestros nietos y á todas las generaciones de Argentinos.
Si esta no fuera la aspiracion unànime de nuesà tros conciudadanos, y el deseo que distingue las familias Argentinas, los colegios dirigidos por Sacerdotes no se verian tan celebrados y concurridos hasta el punto de no poder admitir nuevos alumnos por falta de local, como diariamente sucede,apesar de la amplitud de esos establecimientos.--Las mas distinguidas familias de nuestro país llevan sus hijos a esos centros de educacion donde se recibe una enseñanza é instruccion esencialmente religiosa, esencialmente católica.
No se diga que es uno ó son dos los establecimientos dirigidos por Sacerdotes, cuyos bancos estàn cubiertos de alumnos y cuyas puertas tienen que cerrarse á la admision de otros nuevos por falta de local: son todas las instituciones de ese òrden, establecidas en la Republica. Se encuentran todas en identidad de circunstancias, y si aumentaramos la capacidad o el número de esos establecimientos aumentaria en igual ó mayor proporcion el número de alumnos que a ellos concurrieran.
No terminaremos sin cumplir el deber de consignar que el actual personal de los Consejos generales de educacion, tanto en lo Nacional como en lo Provincial, ofrece algunas garantías de moralidad.
Las escuelas de la Provincia han recibido abundantes remesas de catecismos de que en las Administraciones anteriores carecian y esto es debido al muy honorable y por todos conceptos, digno Presidente actual del consejo de educacion, el Doctor Don Nicolás Achával.
Se ven à los Curas de campaña formando parte de los Consejos Escolares, y aunque esto no llena todas las exigencias de la educacion Cristiana, es siempre un paso adelante en el camino del bien; pero no es lo bastante.
Si se quiere que podamos respondersin ruborizarnos cuando se nos pregunte si entre nosotros se educa realmente, si se enseña en todo la verdad y la virtud, es necesario que se tomen grandes precauciones en la eleccion de los maestros y de los consejos escolares, pues tanto aquellos como los miembros de estos últimos, no deben tomarse al acaso, ni por consideraciones políticas ò de partido,sino que deben buscarse los que reunan mayores titulos de competencia y den, mayores garantías de sus virtudes. Hasta ahora esta eleccion no se ha hecho, por eso existen miembros deConsejo que han llegado á prohibir à las maestras bajo las mas severas, amonestaciones y amenazas, el enseñar a sus discípulas á rezar,y conocemos algunas de aquellas, que hacen objeto de sus satiras y budas á las niñas que frecuentan los Sacramentos.
Si queremos por fin educar con fruto y obtener los resultados que anhelamos de la educacion, necesario es tambien que huyamos del abuso que en nuestros dias se hace de las materias científicas en las escuelas primarias; que consiste en el estudio excesivo y con el cual se cree conseguir todo lo contrario de lo que se consigue.
Por último seanos permitido llamar la atencion pública sobre los exàmenes que tienen lugar en este momento.
En ellos se interroga al niño sobre mil futilezas que nada significan; pero no se le dirige una sola pregunta referente á religion.-Todas las ciencias, todos los conocimientos humanos se creen necesarios é indispensables; pero para nada se considera ùtil la ciencia de las ciencias, aquella que consiste en aprender sus deberes para con Dios, para consigo mismo y para con la sociedad; en una palabra, la ciencia que enseña à salvar su propia alma!
Insistimos nuevamente sobre la vital necesidad de una educacion cristiana para nuestra juventud. ¿De que nos servirà en efecto, obtener que posea variados conocimientos cientificos, si en definitiva esos conocimientos lejos de contribuir á la civilizacion de nuestro país contribuiran á entronizar la anarquia y el desórden?.-
¿Sera para nosotros un factor de nuestra civilizacion esa inteligencia extraviada? - No!--No lo será ¿y porque?--Porque segun el dicho de Girardin ella sera la organizacion de la peor de las barbaries, la que sigue á la civilizacion y es su decadencia y su ruina. Si nuestras autoridades no quieren convencerse de esta gran verdad;--si imbuidas de las máximas con que el liberalismo moderno nos há invadido pretenden alejar la religion de la banca escolar, preparando de ese modo graves trastornos para un porvenir no lejano,--à vosotros padres y madres de familia toca contrarestar el mal.
Si en algo estimais la tranquilidad de vuestros viejos dias y la honra de vuestras canas, si os importa mantener con lustre los ejemplos de virtud que os legraon vuestros antepasados, si deseais dias venturosos para vuestros hijos y anhelais que vuestro nombre se perpetùe sin mancilla à través de las generaciones; en una palabra, si amais á vuestra patria y vuéstras tradiciones de familia, poned manos a la obra y haced que vuestros hijos reciban una enseñanza cristiana con el fin de hacer de ellos buenos hijos, buenos padres y buenos ciudadanos.
Recordad que una esposa sin religion no es el ángel tutelar de la felicidad doméstica, ni serà tampoco madre de esclarecidas virtudes cuyo nombre pueda invocarse con veneracion.
Recordad por ùltlmo que Dios y la Patria os pedirán severa cuenta de la educacion de vuestros hijos!