Recuerdos de provincia/Traducciones


Todas las traducciones que he hecho tienen por objeto dotar a la instrucción primaria de tratados útiles, descollando entre ellas los libros que tienen un espíritu eminentemente moral y religioso. Hay en Chile personas candorosas que temen mis ideas, un poco libres en materia filosófica, lo que, lejos de ocultar, me hago un deber y un honor en mostrar a todos, porque la idea sola del disimulo me indigna. Jamás aceptaré sujeción ninguna impuesta por preocupaciones estúpidas del vulgo, o por la intolerancia de los clérigos españoles. Pero para la educación primaria son otros los principios que me guían.

Las altas cuestiones filosóficas, religiosas, políticas y sociales, pertenecen al dominio de la razón, contiene las pasiones, y los prepara a entrar en la sociedad.

Esta explicación di al obispo de San Juan para aquietar sus temores en ocasión análoga, y el resultado justificó mis asertos.

Pertenecen a estos libros: Conciencia de un Niño, libro precioso de moral y de religión para despertar en el corazón de los niños las primeras nociones del conocimiento de Dios, y los deberes del hombre.


La Vida de Jesucristo, que no existía en castellano, y que es una historia sencilla a la par que luminosa exposición de la doctrina del Evangelio.


Manual de la Historia de los Pueblos. — Excelente tratado elemental de Levi Alvarez, que contiene en germen todos los desarrollos ulteriores de la historia.


El Por qué o la Física popularizada, que, bien comprendida su lectura, bastaría para abrir la inteligencia de los niños, revelándoles las causas naturales de todos los fenómenos que se ofrecen a cada paso a su consideración.


Vida de Franklin. — Encomendé a un amigo su traducción, a fin de popularizar el conocimiento de este hombre extraordinario, porque sé cuanto bien puede obrar en el alma impresionable de los niños el ejemplo de sus virtudes y de sus trabajos.

Si los catorce gobernadores de las provincias argentinas creen que deben prohibir la circulación de este libro, pueden encargar a Angelis que escriba una vida de don Juan Manuel Rosas, desde que se escapó de la casa paterna hasta que se hizo domador, y todas las bellezas de aquella vida, y mandarla adoptar en las escuelas para que sus propios hijos imiten aquel sublime modelo.