...En ese momento todo era confusion i movimiento, apenas nos podiamos tener en los bancos: a grandes voces nos animabamos mútuamente: algunos instantes mas i escapabamos pero ¡o desgracia! de repente, el bote esperimentó un violento choque, el agua entró por el fondo i en un espacio de tiempo inapreciable nos alcanzó a la cintura, mandé que se continuase bogando para tratar de dirijirnos a la orilla, pero ya el agua hacia flotar los remos sacándolos de los toletes. En el mismo momento, una gruesa marejada toma el bote de costado, i lo da vuelta poniendo la quilla al aire. Yo tenia mi salva-vida a la cintura pero viendo otra a mi lado, la cojí, i junto con Lenglier i el marinero Vera, que nos hallabamos en el lado opuesto al de donde vino la marejada, fuimos cubiertos i sumirjidos bajo del bote: fuime apique; la salva-vida me hizo subir, pero senti que mi cabeza topaba en los bancos de la chalupa, no podia respirar, hago esfuerzos para safarme i no lo consigo: sofocado i desesperado sin comprender mi situacion, ya me sentia ahogar, cuando un ruido de espuma hirió mis oídos; me sentí jirar violentamente dos o tres veces, toqué el fondo i sali a la superficie...