«Que disfruto, que río,
que se recrea el pensamiento mío,
en sueños inefables, que desciende
la inspiración a mí, como rocío
que del manto del alba se desprende
y da vida a las flores y atavío;
»que la ilusión del porvenir me alienta;
que jamás el dolor y los afanes
han trabado en mi espíritu violenta
contienda de titanes;
que no brama en mi cielo la tormenta
ni arrasan mi verjel los huracanes...»
Quiero creerlo; pues que tú lo dices
(hay seres muy felices);
mas oye, alma que sufres porque adoras:
todas esas venturas que señalas,
las diera por los ayes que tú exhalas,
las diera por las lágrimas que lloras.