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Seguimos al Leste, y entramos en un monte colgado y sin cañas: luego comenzó a llober y nos costó bastante trabajo el


    debe su nonbre i que llamaron ya la atencion del padre Olivarez, hasta el punto de atribuirle cierta clase de maleficio; hemos hablado arriba [n 1] del nombre de este afamado cerro i del papel de guardián que ejercia según el autor citado.
    La caida de los aludes que produce los truenos, es debida a la forma especial de este grandioso macizo. Su parte central es limitada por dos quebradas largas recorridas por ventisqueros (Steffen); sobre esta base ella se eleva verticalmente, formando un precipicio de estupenda altura; su cumbre suavemente inclinada está cubierta por un inmenso manto de nieve alimentado por las lluvias abundantes de esta rejion; esta masa de nieve, conjelada en gran parte a hielo sólido pero ductible, desciende lentamente desde la cúspide hasta el borde del precipicio para caer repentinamente i con fuerte estallido i estruendo, parecidos a truenos, al fondo de la quebrada sobre el ventisquero; en verano parte de la nieve se derrite al sol i caen entonces las aguas derretidas en forma de saltos por el mismo precipicio; toda la superficie del cerro, desde la cúspide hasta el pié, se halla en continuo movimiento, mientras su gran mole de roca sólida se mantiene firme i casi inmutable en medio de este cáos.
    Estos derrumbamientos de masas de hielo desde las cumbres i los ruidos consiguientes se observan en todas las cordilleras de gran altura; pero su frecuencia es mayor i escepcional en el Tronador, en que debido a su estructura descrita se suceden casi a cada hora i de dia i de noche. Parece que el fenómeno no es tan jeneral en los Alpes; en cambio debe ser frecuente en los Pirineos, a juzgar por el dato que la lengua española posee dos términos provinciales de Aragonia "alud" i "lurte" para los témpanos de nieve que se desprenden de la cima de una montaña.
    En otras partes de la Cordillera de Chile no ha llamado hasta ahora la atencion. Con todo, sin ir mas lejos, debemos un ejemplo al mismo Menendez, quien observó una caida "de un peloton de nieve con trueno horroroso" en la rejion del Vodudahue [n 2].
    Ademas el fenómeno de "truenos con cielo sereno", producidos por causa igual, ha sido observado i descrito en su pintoresco estilo por Eduardo Poeppig [n 3] en la Silla Velluda, un magnífico cerro vecino del volcan de Antuco, que tiene la misma altura (3372 m.) que el Tronador i es cubierto por injentes masas de nieve i hielo azulejo que caen desplomándose de sus paredes verticales. Debida a la diferencia en la latitud i en el clima, la cantidad de nieve de la Silla Velluda es algo menor, por lo que


  1. e. l. t. II p. 57.
  2. e. l. t I p. 59.
  3. Resien in Chile und Perú, t. I, p. 375.