Sin embargo, el Senador Mendoza vale políticamente mas que sus colegas situacionistas.
Agradable como Pérez, no es inferior en inteligencia á Derqui, y carece de las mañas de Rojas y de Cambaceres, para no hablar sino del cuarteto en «tono mayor» que encabeza la mayoría presidencial del Senado.
Y careciendo de las fogosidades desequilibradas del Senador Rodríguez, lo aventaja en acierto y madurez de exámen.
No le falta buen sentido, y sí mayor robustez de carácter. Esta seria el mordiente del colorido que le falta para ser leader actual del oficialismo de que forma parte.
Hoy su peso parlamentario es relativo a la inferioridad de sus correligionarios.
Aunque no es orador, sabe espresar lo que ha estudiado, y bien que con brevedad, se comprende al oírlo que maneja diestramente las pinzas del criterio en punto á la manera de tomar y examinar los asuntos ordinarios del Parlamento.
Y como acontece con esos hombres de elocución sencilla y lisa, preferible es escucharlo en los corrillos de antesalas ó en las ruedas de «yerba y tabaco» de la Cámara.
Si Mansilla es una de las escasas escepciones