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CONGRESO NACIONAL

El señor Infante dijo: yo hago mocion para que toda votacion sea pública.

El señor Iñiguez.— Yo hago mocion espresa para que toda votacion personal sea secreta, i me fundo en el derecho de propiedad que cada individuo tiene para hacer de su voto lo que quiera i en la práctica que hemos tenido hasta ahora.

El señor Presidente.— Yo añado al artículo que no solo en los asuntos personales sino en todos los que tengan alguna relacion a intereses personales sean secretas las votaciones.

El señor Campino.— Esto me parece que solo tendrá lugar en una sesión en que se trate de alguna cuestion importante, pero me parece de mas la adicion del señor Presidente, porque no hai asunto, por indiferente que sea, que no tienda al interes personal.

El señor Presidente retiró su mocion despues de haber oido al preopinante.

El señor Meneses'.— Yo creo que la eleccion pública, léjos de ser provechosa a la libertad del hombre, le es perjudicial, porque, pongámonos en el caso de que haya muchos partidos en un lugar; con estas votaciones cada hombre se hace enemigo de los demas partidos i queda espuesto a mil riesgos. Pongámonos en el caso que yo voto contra un poderoso; éste solo me puede mandar apalear o hacer cualquier daño, apoyado en su opinion, i solo me guardará consideracion miéntras esté en el Congreso; pero despues hará lo que he dicho, i así, considerando estos inconvenientes, soi de opinion que se prive toda votacion pública.

El señor Fernández.— El ciudadano que tiene impreso en su corazon el bien i felicidad de su país no debe tener respeto ni al poderoso que lo pueda oprimir ni a las bayonetas mismas que lo acechen; solo debe tener presente al emitir su voto lo que es justo i el sujeto que merece su elección. Pudiera hacer una porcion de observaciones que partirán de estos principios; pero solo me contraeré a éstas, esperando que el autor la funde bastantemente i opino que en todo caso sean públicas las votaciones.

El señor Elizalde.— Creo que todas las observaciones están fuera del caso porque se ha fijado la proposicion que se va a votar, i así pido que solo se fije.

El señor Presidente.— Para decidir si hai votacion por escrutinio o nó se ha leído el artículo que trata sobre si habrá votacion por escrutinio i el asunto en cuestión es éste.

El señor Campino.— Es uno de los problemas difíciles que hai en política lo que ocupa hoi la atencion del Congreso. Es necesario mucha virtud para poder sostener su opinion ¡ arrostrar la influencia i los peligros; pero no debiendo suponer en todos los hombres la heroicidad que se necesita para decir con franqueza su opinion entre muchos enemigos quizá que le circundan, ni en los hombres se halla establecida la enerjía para votar en cosas públicas o personales, i así es que solo lo podrán hacer por escrito. Cualquiera alteracion que pudiera hacerse en esta materia, solo traeria graves inconvenientes i pudiera atribuirse a cosas que parten de intereses mal entendidos. Cuando se trata sobre la justicia en abstracto, se miran las cosas en un punto de vista indiferente del que presenta la práctica; pero cuando se considera en el punto de vista que se debe observar, se presenta una inmensidad de inconvenientes, en algunos mucho mas cuando siempre se versan los intereses de los poderosos o mas bien los del Gobierno.

El señor Ocampo.— Si hubiésemos de buscar en los hombres virtudes puramente heróicas, seria mui difícil encontrarlas en uno solo, como lo ha dicho el señor preopinante. No las encontraríamos en toda la Europa i seria preciso trasportar nos a las murallas de Roma, Esparta o Aténas; pero cuando desgraciadamente conservamos el influjo fatal de las naciones españolas i de la educacion, debemos suponer que aun las conservan la mayor parte de los representantes de la Nacion. No podrán éstos manifestar las virtudes que no tienen en sus votaciones. Es principio inconcuso en los Congresos que las elecciones i votaciones en asuntos personales sean secretas i lo mismo en todos los Cuerpos Lejislativos. Las razones son bien poderosas. El hombre constituido en cualquiera situacion de la vida, siempre recibe una especie de coaccion de los bienes que se deben versar en la sociedad del mismo modo que obran las fuerzas físicas i morales que prueban al hombre determinarse aun en los asuntos de ciertas materias. Para impedir los resultados i los alcances que se hacen en las votaciones populares, la votacion debe ser pública, porque el pueblo obra siempre por afeccion i por pasion i es necesario que se deje un momento en que habiendo la voz de los hombres grandes pueda ser conducido a la justicia; pero los señores representantes deben temer las miradas del Gobierno que siempre acechan a estos Cuerpos. No imputo esto al que actualmente tenemos; hablo jeneralmente de todo Gobierno. Siempre la votacion pública será una arma para que se tenga a la vista las rentas del Gobierno, que siempre tienen en sus manos resortes vigorosos. En sus manos están las designaciones i sobre todo los recursos pecuniarios. Con éstos puede hacer muchísimos esfuerzos para corromper los miembros del Poder Lejislativo o atemorizarlos con la fuerza que tiene en la mano; yo nada espero ni temo de ningún Gobierno. Estoi mui pronto no solo a decir mi opinion sino también a dar mi voto en público si la Sala me lo permitiese. Esto es lo que he tenido siempre delante de mis operaciones. Soi capaz de conservar un alma franca siempre que se mire al interes jeneral de los pueblos; pero, como puede haber algunos señores que por compromiso u otras causas están obligados a una opinion, será necesario dar lugar a todos